martes, 6 de junio de 2017

BIERGE ( Poner tornos al campo)



Se dice que un pájaro no canta por tener una respuesta, si no que lo hace porque tiene una canción.
Tras reuniones y deliberaciones, se han hecho publicas las medidas para intentar solventar el problema de la masificación en el salto de Bierge.
Y estas medidas figuran mas una apresurada respuesta,  que una acertada canción.
A groso modo, el salto queda limitado a un aforo de 250 personas previo pago de dos Euros, y de estos 250, 30 podrán ser barranquistas. Para ello se instalará un “torno” de acceso...
Este aforo consiste en 220 personas con traje de baño, y 30  con casco y neopreno. Lo señalo por enumerarlos con mas claridad.
Y ojeando trivialmente esta medida me pregunto:
¿El pago de dos euros te da derecho a acceder con sombrilla, esterilla, nevera, sandia, colchón hinchable, y la jaula del canario? ; ¿El hecho de pagar también te dará derecho a reclamar si no estas contento con lo que sea? ; ¿habrá socorrista? ; Si para los bañistas ponen un torno de acceso, ¿también colocaran otro río arriba para los barranquistas que accedamos desde allí? ; ¿Si un barranquista puede saltar la presa una vez, previo pago de un euro, si pagas cinco euros podrás saltar cinco veces? ; ¿El que no salte y solamente acceda a este espacio para finalizar el barranco también debe pagar? ; ¿si tras pensártelo te da miedo y no saltas, te devuelven el euro? ; ¿Los bañistas que pagan dos euros y no son barranquistas también pueden saltar? ; ¿cuántas veces?... 
¿Todo un año de deliberaciones para esto?.
Me parece un sin sentido.
Evidentemente el problema existe. Y si este fuera un tumor, en vez de tratarlo adecuadamente para erradicarlo, y sobre todo para que no se extienda, le ponen una venda para que no se vea.
Y este se extenderá. Será pan para hoy, y hambre para mañana.
¿Que impedirá que quienes no quieran pagar y atravesar ese “torno” de acceso se emplacen impúdicamente río abajo donde no habrá control, con sus neveras, sus sombrillas, su tinglado y su basura? ; o peor aún, caminando por la senda río arriba.
Este forúnculo poco a poco o mucho a mucho se amplificará por todos los rincones y ríos de la sierra. Y esto se ve venir. 
¿Y que harán?, ¿ Apostar tornos y barreras en todas las zonas?.
Vaya por delante que hay dos conceptos a diferenciar: uno es el derecho de acceso a los espacios naturales y a disfrutar de la naturaleza, que es un derecho constitucional reconocido por el artículo 45; y otro, la conveniencia o no de pagar por “unos servicios” que se ofrezcan a los visitantes de estos espacios naturales.
Dicho esto, el acceso a un parque natural, de forma libre, y que no requiera ninguna infraestructura especial, debería ser universal y gratuito.
Lógicamente, respetando primero la propiedad privada si la hay, pero sobre todo, “la normativa de protección de ese espacio y sus especies", que debería ser lo que condicionara este derecho de acceso, el abuso, y las condiciones para hacerlo.
Si para algo han servido estos años de análisis y desarrollo de la sierra, ha sido para conocer al enemigo. Y ahora está claro. El enemigo somos nosotros.
Conocido esto, tomemos medidas serias y juiciosas.
Y por eso el camino a seguir debería ser mucho más simple para todos.
Primero respeto al medio natural en el que nos hallamos, y después, si implantamos unos servicios racionales y acordes (parkings, aseos, centros de interpretación, información...), pues pagamos por ellos y contribuimos a mantener y a hacer viable este parque natural.
Y si esto se aplica y sobre todo se explica bien, la respuesta de los visitantes será indudablemente positiva.
En el Congost de Mont-rebei se inició una instrucción de pago voluntario por parte de los cerca de 50.000 visitantes que acceden con su vehículo al inicio de este desfiladero.
Los 3 euros por vehículo y día precisados, se destinan directamente al mantenimiento de este espacio natural, a su vigilancia ambiental, y a tareas de gestión de ese entorno.
Y la aprobación de esta medida ha sido generalizada, y los detractores prácticamente inexistentes.
Incluso visitantes satisfechos y agradecidos con la experiencia, tienen la posibilidad de realizar donativos. Y mucha gente los hace.
Han conseguido cerca de 10.000 euros en seis meses. Y aunque esto no cubren los costes de gestión, indudablemente ayuda a hacerlo todo más sostenible.

Las administraciones públicas que nos representan deberían garantizar, por encima de todo, la conservación del patrimonio natural, de los hábitats, de la flora, la fauna y el correcto funcionamiento de los servicios medioambientales.
Y como el uso público de estos espacios es algo que nos beneficia a todos,  igualmente todos deberíamos contribuir a que esto fuera posible, con la obligación de ser respetuosos y cumplir las normativas impuestas por las buenas, o sino, por las malas...
Como ya escribí el pasado verano, sigo opinando que  lo del salto de Bierge es solamente la punta de lanza.
Y de nuevo no hablo de algo tan superficial como administrar el acceso a una concreta zona de baño, sino de proteger un espacio natural único en el mundo.
Parece que muerto el perro, se acabó la rabia.
Porque aunque el  turismo es el gran recurso de toda la comarca, debemos aprovecharlo con responsabilidad.
La masificación y el irrespetuoso acercamiento a este entorno natural, a la larga comportará graves consecuencias. Y no creo que la solución pase por pagar en el salto de Bierge.
Me reitero: ¿Tan difícil sigue siendo partir de la base que estamos un “Parque Natural” protegido?.
Y me vuelvo a reiterar:
ARTÍCULO 45.1. Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona: “ASÍ COMO EL DEBER DE CONSERVARLO”.
Y conservar un espacio natural, no radica únicamente en prohibir, también conlleva una conducta adecuada para que este o su ambiente no se deteriore:

ARTÍCULO 45.2: Los poderes públicos “velarán” por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de “proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente”...
Igual se me escapa algo pero:
¿Porque no aplicar la ley por encima de cualquier fructuoso interés?.
¿ No se puede prohibir terminantemente hacer cualquier tipo de picnic, en todo el parque natural, excepto, en lugares habilitados para ello?.
Con la Prohibición explícita de portar neveras, sombrillas, tumbonas, mesas, toldos, esterillas, colchonetas, barcas, tiendas de campaña o similares, y sancionar a quienes incumplan estas normas, estoy convencido que el problema casi desaparecerá, y no en Bierge, si no en todo el parque natural. Y nos visitará mas gente respetuosa y amante del medio natural (que son cientos y ya lo hacen), y menos descerebrados.
Seamos racionales y protejamos este paraíso natural que nos ha tocado en suerte. No creo que la solución pase por convertir el salto de Bierge en una piscina pública.
Al fin y al cabo, la naturaleza no es un lugar para visitar. Es nuestro hogar.
Y dependiendo de nuestra aptitud para con ella, no tendremos recompensas ni castigos, tendremos consecuencias.
Seamos sensatos.


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