miércoles, 18 de mayo de 2016

5ª TROTADA CERVECERA (Ruta de los Acueductos)

Que satisfacción produce hacer algo sin pasarlo por el filtro de las razones o las obligaciones.
Instantes en los que compartir cobra el principal significado.
Correr es algo más que poner los pies en el suelo de la forma más rápida posible y enfrentarte a ti mismo, al crono, o a otros corredores. Llevo tiempo apadrinando esta idea. Es simple, pero no fácil.
Todos queremos progresar si, pero también reír, divertirnos, relacionarnos, y con ello arrinconar por un instante las decepciones del día a día.
Queremos disfrutar, conocer gente, y por supuesto, igualmente darnos a conocer. Todos merecemos la pena.
Atrapas esa sensación de libertad que da correr por el campo materializada en idea de evasión, y si lo fusionas con amistad, pandilla y hermanamiento con otros, el resultado nunca puede adverso.
Conciliación con personas tan normales y sencillas como tu, pero con historias, esperanzas y valores propios, desiguales. Por eso reunirse de vez en cuando, tomar parte, siempre resulta provechoso.
El paramento de todo esto, en este caso 14 y/o 19 Km. de trote/paseo y charla por el Somontano, rematado con una simple cerveza o varias, maridadas (que se diría hoy) con unas suculentas tortillas de patata. (Tortillas que una vez mas nos regaló Míchel de la Cafetería bar Cortés). ¡Muchísimas gracias!
Este pasado domingo, fue la quinta propuesta de realizar una “Trotada Cervecera” (por llamarlo de algún modo), y acudieron “18 personas”.
Soy consciente que faltaron muchos mas con nombres y apellidos, por imprevistos, o compromisos previos ese mismo día. Pero... pongo la fecha improvisadamente cuando no tengo ninguna tarea ni compromiso..., y cae como cae.
Eso si, siempre está abierto a que cualquiera tome la iniciativa, y convoque una de estas salidas abiertas y populares en cualquier momento. En Estadilla Fernando lo hizo, y estuvo fenomenal.
Esta vez me hacia especial ilusión promoverla, por compartir una bonita ruta que descubrí (al menos yo), hace poco por casualidad.
Una tarde de trote como cientos de ellas, pasaba por Burceat.
Pero esa tarde lluviosa, sentí como un canto de sirena, y no pude evitar intentar bajar hacia el barranco del Ariño sugestionado por los recuerdos de mi infancia más lejana.
Descender por un sendero por aquel entonces transitable, por el que bajábamos al barranco con mi abuela, mi madre y mi tía, y mientras ellas lavaban ropa, mis hermanos y yo nos bañábamos en unas charcas. De esto hace mas de cuarenta años...
Y aunque en su parte inferior lo hallé prácticamente desaparecido, conseguí discernir un sendero entre matojos y llegue al fondo del barranco.
Allí, aunque se hallaba extraviado en mi memoria, reconocí el paisaje que labra y enardece el discurrir del riachuelo y me trasladé instantáneamente a mi infancia.
Me topé con mi recuerdo y mi niñez, y me conmoví.
Y ensimismando en aquel lugar,  por casualidad, tropecé con un sendero visiblemente marcado por motos de trial, que continuaba barranco abajo, atravesándolo de un margen a otro.
Estaba diluviando, pero no pude evitar seguirlo corriendo como un chiquillo excitado de emoción, sorprendiéndome a cada paso y en cada rincón; en cada sinuosidad de la ruta el paisaje, la flora e incluso la fauna, era alucinante.
Terminé en la carretera de Salas tres kilómetros mas abajo, y regresé a casa con enormes ganas de regresar al dia siguiente.
En aquel momento, comencé a idear una ruta para alcanzar la entrada de este maravilloso sendero únicamente por caminos. Evitando la carretera.
La ruta más evidente era la que ya tracé desde el camino de Barraón atravesando los dos acueductos del canal dirección Salas.
Así que en sucesivos días, explorando, averiguando la forma de llegar por esta ruta, me topé con un tercer acueducto que de igual forma logré atravesar por encima llegando a la cabecera del barranco. Rematando al final una preciosa ruta circular de 19 Km. Al menos a mí me lo parece.
Una ruta con posibilidad de alargue, prosiguiendo en la salida hacia Castillazuelo, y desde allí retornando a Barbastro por el nuevo sendero de la margen del río Vero.
Así que este pasado domingo lo inauguré oficialmente de la mejor manera.
Con esta inocente receta de sociabilidad cuyo ingrediente principal es  el compañerismo y la convivencia de corredores de toda condición y filosofía, mancomunados no por la distancia, ni por la rapidez, si no por la convivencia y el acuerdo. Corriendo sin competencia ni dorsal, con el simple objetivo de pasar un buen rato.
Lo inauguré con una trotada Cervecera. Objetivo, mejorar el ánimo, la autoestima, la amistad, y aspectos con los que después sentirte bien...
La ruta gustó. O al menos eso me dijeron.
Muchas personas ya, en estas cinco quedadas, sin figurarse capaces de correr estas distancias (confiaron en intentarlo), abrigadas por este ambiente tan especial, no solo lo han conseguido, si no además disfrutando de ello, y deseando repetir.
Porque compartir con otra gente “conocida o desconocida”, te hace sentir positiv@.
 “Carrera con final feliz”. Para todos y cada uno de los participantes.
Dar las gracias una vez mas a Michel de Cafetería el Cortés, y a todos los que quisisteis participar de nuevo en este ensayo deportivo y social, donde lo importante no es compartir una trotada, si no compartirse trotando.




No hay comentarios:

Publicar un comentario