martes, 26 de enero de 2016

TIEMPO Y LUGAR



Tiempo y lugar para la familia.
Tiempo y lugar para los hijos.
Tiempo y lugar para los amigos.
Tiempo y lugar para hacer deporte.
Tiempo y lugar para ver cine.
Tiempo y lugar para escribir.
Tiempo y lugar para dibujar.
Tiempo y lugar para la reflexión.
Lugar y tiempo, tiempo y lugar…
Quizás en tu vida haya otras prioridades que yo no he escrito aquí (cada cual tiene las suyas)…
Y dejo a un lado el tiempo y lugar para el  trabajo, deseable y necesario.
Y el de dormir, que en mi caso siempre me parece una pérdida de tiempo, (si pudiera sobrellevarlo, no dormiría nunca).
Nacemos para vivir, por eso el patrimonio más importante que tenemos es ese, el tiempo.
En infinidad de ocasiones nos quejamos del poco tiempo que la rutina diaria nos deja para hacer otra serie de actividades que precisamente nos saquen de esta rutina.
En tus hobbies deportivos en particular, si realmente lo deseas no tienes excusa para sacar ese tiempo entre tu tiempo.
Madrugar y hacer media hora de gimnasia, trasnochar un poco, correr al medio día cuando es la hora de comer, y aprovechar muy bien los fines de semana, será suficiente para complacerse, entrenar y no descuidar otros aspectos de tu vida diaria; cada cual sabe su disponibilidad.
Muchas veces menos equivale a más. Menos tiempo, más calidad y eficacia.
La prisa. El verdadero problema es sentir prisa como una sensación constante.
Si realmente te gusta hacer deporte (el que sea) no puedes hacerlo precipitada, fajada y forzosamente cada día a la hora designada.
Porque se convertirá en algo rutinario y sin ideal. Evidenciará  prisa por vivir.
¿Prisa por vivir?  Paradójicamente, ese tiempo de correr (andar deprisa) casi diario (que necesito), es el que hace que me sosiegue, y que me tome todo lo demás con más calma. Vitalmente hablando, hace que me temple.
Por este motivo, por esa necesidad, hay que sacar tiempo de donde no lo hay durante la semana, y hacer del fin de semana el momento propicio para desquitarse.
El deporte para muchos es un hobbie, para otros  una obligación, y en algunos casos como el mío, es una combinación de ambas cosas y además de libertad, y  por eso en cada instante, lo he adaptado
siempre de la mejor manera posible a mi estilo de vida.
La experiencia me ha enseñado que hay muchas formas de mantenerse en forma, de manera espontánea.
Simplemente es necesario prestar atención, adaptarse, aprovechar instantes, y saber buscar y encontrar cada día ese momento y lugar que se adecue a las necesidades, satisfacciones y perspectivas.
Es tan corto nuestro paso por la vida, que es una malísima idea no saborear cada instante, y sobre todo dejar de hacer algo que nos aplaca y complementa conjuntamente con el amparo de las dos grandes herramientas que tenemos: una mente que no tiene límites, y un corazón que puede querer y apasionarse mucho más de lo que sospechamos.
El colmar esta faceta, el no descuidarla, hará que los demás aspectos de tu vida sean más satisfactorios (doy fe).
Es ya un estilo de vida, y eso no se puede destruir. Es tu estilo y tu vida.
Imagina que sería de tu vida si pudieras sentir que tú la gobiernas.
Algunas veces pienso que no tenemos prisa porque tengamos muchísimo que hacer, sino que hacemos o queremos hacer muchas cosas, porque percibimos dentro esa prisa. Se puede y se debe sacar tiempo y lugar para todo. Date tiempo y date vida.

Disfrutar de cada minuto.
 

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