viernes, 11 de diciembre de 2015

INSTINTO

Hay que diferenciar entre lo que piensas y lo que sientes. Muchas veces reducimos todo a cifras sin tener en cuenta los signos que intuitivamente nos proporcionan nuestro organismo y nuestra mente, y por ello nos encaminamos a la frustración.
Este pasado dia 8, se celebró la que durante muchos años ha sido mi carrera favorita. Castillazuelo-el Pueyo-Castillazuelo.
La corrí consecutivamente desde la primera edición hasta la doce. Pero, hace tres años, por enfermedad falle a mi cita; y el pasado año por la operación del menisco.
Estos hechos quizás anularon la única motivación que me llevaba a participar año tras año; una especie de ofuscación o compromiso por de ser el único que había corrido todas las ediciones. Menuda gilipollez...
Este año, edición numero quince, y mi propensión y competitividad respecto a participar en cualquier carrera, con el tiempo se a desfigurado visiblemente, e incluso aquella testarudez por participar en todas las ediciones de esta también,  por tanto pensé determinar correrla o no ese mismo dia. Si me apetecía; si mis deseos y mi motivación me empujaban a ello.
Desde que tomé esa ya  firme decisión de correr solamente las carreras que realmente me estimularan a hacerlo, justificando mí motivación y diversión, he sido consecuente con ello, y en esta ocasión no iba a ser menos.
Llego esa mañana, y las señales fueron claras. A mi hija (cinco añitos), que lleva tres participando en la carrera de niños, le pregunté. También me servia como excusa para obligarme a ir, pero no le apetecía. No le insistí, ni jamás pienso hacerlo.
Así que valoré, y con el buen dia que hacia, decidí consecuentemente hacer lo que más me apetecía. Salir por el monte solo, a mi rollo, y gozar haciendo una tirada más larga. 
Pensar, imaginar la carrera, en cierta forma me turbaba, por el simple hecho de saberla de memoria, así que no hallé ninguna justificación para animarme. No había nada que me determinara. Y sin embargo si imaginaba salir como siempre a correr por el campo un buen rato, ansiaba hacerlo.
Así que la decisión estuvo clara. Me regalé dieciocho kilómetros por el campo corriendo, gozando y saboreando cada uno de ellos.
No es por la carrera, porque en este caso, es una carrera que siempre recomiendo a todo el mundo, sino por mi,  mi disposición y mi autosugestión.
Sin ir mas lejos, este próximo fin de semana participaré en la media maratón de Victoria, porque el pasar allí un fin de semana de turismo con familia y amigos, y el no haberla corrido nunca, hace que me seduzca e ilusione hacerlo. Solo por eso, ya sé que disfrutaré de la carrera.  
Cuando comienzas a correr (o a realizar cualquier actividad deportiva),  mejoras, progresas, superas de tus aparentes limitaciones, y todo te parece espectacular.
Y seguramente lo es, no digo lo contrario; pero más pronto que tarde, aparece la rutina, el agobio, el ahogo, y una especie de obligación o compromiso.
Entonces desaparece esa motivación, ese estímulo, y de alguna forma se convierte en forzoso e impuesto.
En mi humilde opinión, y aunque parece algo subjetivo, el objetivo final es conocerse bien.
Como siempre digo, hay que correr por sensaciones, si, pero también participar en carreras o competiciones por sensaciones, y hacerlo únicamente en lo que realmente te motive participar. Si es que té motiva algo. Tan solo es una cuestión de sentido común y sensatez.
Todo, todo, influye en nuestro estado físico y mental. Y no solo hablo de entrenar o salir a hacer deporte. Si no te apetece participar en una u otra carrera, ¿porque has de hacerlo?.
Hay que tener meridianamente claras unas ideas: No somos profesionales. Somos amateurs, y corremos por gusto.
¿Porque estar persistentemente pendientes del ritmo, los kilómetros, las pulsaciones, el número de carreras en las que participas, o el calendario?.
¿Para que? Te gusta correr y punto. Puedes hacerlo cada día.
Por otra parte, si es cierto que podemos programar nuestro entrenamiento algo mas en serio, si sabemos en un momento determinado hacia dónde vamos y que queremos lograr.  Si tenemos unos objetivos, que no es lo mismo que una “rutina”. 
Entonces, únicamente habremos de encajar en nuestro entrenamiento o salidas, unos estímulos que nos permitan llegar en la mejor forma el día o los días “de”. Y el primero de todos es, “Apasionarte”.
Preguntate: ¿Estoy preparado? ¿Tengo suficiente motivación?
En esa especie de búsqueda de la “excelencia” física, mental o lo que sea, sin pretenderlo, podemos presionarnos en exceso, creernos mecanismos indestructibles, y olvidarnos de lo realmente importante: Disfrutar.
En resumen, saber escuchar a tú cuerpo, a tu corazón y a tu cabeza.
Desde mí ya algo de experiencia (aunque solo sea por años), he de reconocer que el entrenamiento por sensaciones lo tengo bastante dominado, y es uno de los mejores modos de realizar ejercicio físico, y obtener mejores y mayores beneficios para tú cuerpo y tú mente. Ahora estoy en la fase de participar en cualquier carrera también por eso; por sensaciones, POR INSTINTO.
Si soy sincero, mis mejores carreras las he logrado así. Llevado por el instinto, y olvidándome de todo. Con enormes ganas, sumergiéndome en el ambiente, saboreando todo, corriendo por sensaciones y con una sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario