lunes, 26 de enero de 2015

ESCRIBIR



Para escribir sólo hace falta tener algo que decir. Cuando comencé a hacerlo, descubrí que es un modo de psicoanálisis efectivo y económico. Una forma de proyectar y ajustar convenientemente tus certezas... pero también tus paranoias.
Estos años, he escrito mucho y de diferentes temas. Recomendaciones, reflexiones, narraciones, muchas filosofadas y algunos relatos. En concreto, los relatos comenzaron cuando regresé de la Maratón de Sables, y sentí la necesidad de relatar lo vivido allí. Después,  he narrado minuciosamente por escrito cada nueva andanza en la que me he involucrado. Primero con la necesidad de salvaguardarlas para mi recuerdo, para siempre, pero a la vez para compartirlas con quien quisiera leerla: Sables, la Yukon Arctik, el cruce del mar Báltico, la Jungle Maratón, y el ascenso al Kilimanjaro. Incluso hice el ejercicio de desenterrar y escribir instantes, recuerdos significativos para mí como el día de cumbre en el Cho Oyu, o en el Aconcagua.
Siempre narrados en primera persona y desde el punto de vista más de emociones que de destrezas; mas apasionado que técnico; Expresado o al menos intentado expresar, de manera veraz, instintiva y explícita. No sé si lo he conseguido...
Después, de esos minuciosos relatos, una vez resumidos, extraigo el guión para el audiovisual si lo hay.
Pero, el pasado año, al escribir la memoria del ascenso al Kilimanjaro, descubrí que me suponía un gran esfuerzo, expresar o narrar en primera persona, la impresión, las emociones, las vivencias, de todo un grupo a mí alrededor.
Este año, tras el Kala Patthar, antes de ponerme a escribir se me presentó ese mismo dilema. ¿Cómo lo narro desde un punto de vista personal, hablando adecuada y verazmente de la vivencia de veinte personas?.
Así que, tomé la determinación de escribirlo en tercera persona, y ya directamente el texto que me serviría de guión para el audiovisual.
De este modo, y pese a lo que pudiera parecer, me ha costado muchísimo más hacerlo...
Pero... por fin lo he terminado.
Y como siempre, quiero compartir aquí, aunque no todo (lo haré en su momento), por lo menos el fragmento final. El momento de cima.
Ahora, a este texto le pondrá voz mi buena amiga Patricia Frutos (Dobladora profesional), y sobre esa base grabada con su voz (por primera vez femenina), montaré personalmente, (que para eso he practicado narrando barrancos, etc), todas las imágenes y la música de este nuevo audiovisual, que espero esté listo para poderlo presentar el mes de Marzo. Kala Patthar 2014

Día 26/10: Gorakshep Kala Pattar (5.580 m)
A las cuatro de la madrugada desayunamos, nos equipamos concienzudamente, y nos dirigimos sugestionados y casi hechizados hacia la cumbre del Kala Patthar.
Marchamos muy bien abrigados, y en silencio.
Javi inmutable y prudente marca el paso. Un paso calmoso y acompasado, mientras, se cuida que nadie quede rezagado. Y si esto sucede, inmediatamente el grupo se detiene.
Vamos muy despacio. El suelo esta helado y cubierto de nieve fina. Hace catorce grados bajo cero.
La luz de nuestro frontal centellea mientras custodia nuestros afónicos y apretados pasos.
Tan solo se escucha el chascar del suelo, y el rumor de los alientos violentados al exhalar obligatoriamente vida.
Poco a poco amanece, y como un prodigioso grabado, en primer plano florece el enorme glaciar del Khumbu a pies del Everest.
Han pasado tres horas. Cuanto mérito. Algunos, aun mordidos de altura, frío y cansancio, pasándolo mal, continúan. Y los que se encuentran mejor, se vuelcan en apoyarlos y alentarlos.
Son instantes así, los que te hacen apreciar de verdad la montaña, la virtud que en ella se sacude, y la enorme conciencia de los manifiestos montañeros. Los de verdad.
Los que participan, alientan, socorren, se desprenden de su cantimplora o su ropa si es necesario, y además se complacen de ello, porque saben que otro día, pueden ser ellos quienes lo necesiten. 
Porque ser montañero, significa buscar, soñar y superarse si, pero también compartir, acompañar, crecer, corresponder y siempre siempre evolucionar.
Ya casi vemos el objetivo final.
El camino culmina sobre una cúspide de roca ungida con cientos de banderas de oración que conforman un enorme blasón multicolor.
Un último esfuerzo, unos pocos pasos más, y...
Estamos en la cima del Kala Patthar a 5.545 m; en un punto excepcional desde donde contemplar el Monte Everest desde la vertiente nepalí.
Con ineludibles abrazos, brotan nuestras lagrimas de emoción y rabia contenida; lagrimas conformadas de compañerismo y esfuerzo, y también de dudas, suspicacias y temores ocultos tantos días.
Abrazos sentidos, conmovidos por hondas emociones.
Gestos que nos tambalean, nos quiebran el habla, y enardecen el corazón y la conciencia.
Instantes donde todos somos uno solo, formando parte de un sueño que jamás olvidaremos.
Que grandes y a la vez que pequeñitos nos sentimos.
El escenario en 360 grados es espectacular. Sublime.
Seguramente una de las más bellas estampas que se puedan contemplar en el planeta tierra.
El Pumori sobre nuestras cabezas, que nos amplifica esa impresión de insignificancia y humildad, y frente a nosotros el Glaciar de Khumbu y su famosa cascada, el Loptse, el Nuptse y por supuesto el Monte Everest.
Al evaluar nuestras vidas, es conveniente analizar lo que le falta, pero nunca olvidar todo lo que hemos logrado.
El Kala Pattar, este viaje al Himalaya, ya siempre será, siempre formará parte de esos logros y recuerdos si, pero del mismo modo y de manera más significativa,  aquí hemos aprendido a convivir, a compartir, a  ponernos en el lugar de las otras personas, y saber lo que necesitan, que muchas veces, no dista mucho de lo que tu mismo necesitas.
Nos ha enseñado a vivir, a soñar, y sobre todo a no dejar de hacerlo.

FIN

martes, 20 de enero de 2015

2ª TROTADA CERVECERA



J. Campillo

Que gusto da cuando queda esa maravillosa sensación de hacer algo sin pasarlo por el tamiz de la razón o la necesidad, y en sí mismo se convierte en un acto sobresaliente.
Momentos en los que compartir, cobra un significado superior.
Porque correr es algo más que poner los pies en el suelo.
Y es simple, pero
no fácil del todo ...
Que difícil es explicar cómo es una persona, y mucho menos saber lo que busca. 
Pero lo que está claro, es que todos queremos reír, divertirnos, surgir, relacionarnos, y olvidarnos de las contrariedades del día a día.
Queremos gozar, conocer gente, y por supuesto darnos a conocer. Porque pensamos, que tanto los demás como nosotros, merecemos la pena.
Después esa sensación de libertad, plasmada en la simple idea de evasión o hobby, y concederle la importancia que tiene la camaradería, la pandilla, el identificarte con otros. Personas que sospechas que son tan conscientes y sencillas como tu, aunque con sus propias historias, esperanzas y valores.
El tapiz de todo esto, 16 Km. de trote, y para finalizar una simple cerveza con unas tortillas.
Este pasado domingo, a mi segunda propuesta de realizar una “Trotada Cervecera” (por llamarlo de algún modo), acudieron “36 personas”. Y soy consciente que faltaron unos cinco o seis mas con nombres y apellidos, que ya confirmados, a última hora les surgieron imprevistos, y otros tantos fijos que por compromisos de ese mismo día no pudieron pero hubieran estado...
El ingrediente principal de esta, creo que inocente receta de sociabilidad, la armonía, el compañerismo y la convivencia, mancomunados por la práctica deportiva; en este caso correr (sin competencia y sin dorsal), y con el simple objetivo de pasar un buen rato. mejorar tu estado de ánimo, la autoestima, y otros aspectos con los que sentirte bien después... Hubo al menos tres personas, que sin figurarse capaces de correr esta distancia (confiaron en intentarlo), y abrigadas por este ambiente tan especial, no solo lo consiguieron, si no que además disfrutaron de ello, y desean repetir.
Compartir con otra gente “conocida o desconocida”, te hace sentir positiv@, y es una excelente manera de desconectar durante unas horas y pasarlo bien. 
Es una acertada terapia. ¿Carrera con final feliz? Sí. Para todos y cada uno de los participantes.
Está muy claro que correr nos reporta beneficios, tanto físicos como psicológicos. Reporta felicidad, y da sensación de libertad.
Descubrir razones, encontrar ventajas y beneficios, es una buena manera, un buen motivo para iniciarse. Y este tipo de reuniones, es un buen marco para hacerlo.
Al correr segregamos endorfinas, también llamada “hormona de la felicidad”. Si esto lo compartimos, con el afán de, solo de eso, de compartir y pasarlo bien, de repente se concentra una contagiosa nube de endorfinas, conformada por, en este caso, mas de una treintena de personas, que va aplastando a su paso cualquier mal rollo.
Mucha gente cree que correr es un deporte individualista y egoísta. Sin embargo, cada vez es más común esto; buscar grupos de corredores a través de redes sociales, llegando a crear auténticas familias, fomentando la amistad y el apoyo mutuo. Aquí en Barbastro un claro ejemplo son los autodenominados “Psicorunning” que no paran de crecer...
Pues bien, esto unido como un acto metafórico o simbólico a compartir despues una caña (algo que se hace con los amigos), concibe una jornada sugestiva y maravillosa, como de nuevo pudimos experimentar.
La mayoría querían repetirla todos los domingos...
Yo, como manifesté la otra vez, lo dejo abierto a que quien quiera ponga fecha para repetir, y reunirnos en cualquier momento los que podamos y más. Personalmente, me comprometo a ser  quien convoque una por cada estación. Cuatro al año, en las cuatro diferentes estaciones. He convocado la de invierno, así que por mi parte la próxima será en primavera.
Y nuevamente, ¿ qué decir de la tortilla de patata con la que nos obsequió Michel, dueño de la Cafetería El Cortes donde finalizamos la mañana? ¡¡Buenísima!!. ¡Gracias Michel!
Que más decir. Tan solo dar las gracias a todos los que quisisteis participar de nuevo en este ensayo deportivo y social, donde lo importante no era compartir una trotada, era compartirse trotando.
J. Campillo

viernes, 16 de enero de 2015

“Je suis 'Charlie”



Hace mas de veintiséis años que dibujo chistes para el semanario local de Barbastro “El Cruzado Aragonés”; o al menos lo intento aplicadamente.
Y por tanto, aunque no me considero más que un amateur, me siento dibujante humorístico. Creo que cualquiera que dibuje de forma satírica en un periódico, revista, blog, Internet, un cuaderno, o en una simple servilleta de papel para mostrarlo a los amigos, e intentar obtener su sonrisa, lo es.
Se trata simplemente utilizar tus habilidades como dibujante (mejores o peores), y apoyándose en la sátira hacer observaciones, razonamientos o críticas visuales de la vida social, de una forma irónica y divertida.
Una inocente forma de expresar tus inquietudes o la de los que te rodean, y plantear temas a través del dibujo, la sonrisa o la risa; Puesto que la sátira, es humor apoyado en el uso de la ironía, la exageración e incluso en algunos casos rozando lo burlesco sí, pero para exponer y señalar acciones que te parecen ridículas, tanto de alguien en particular como de la sociedad en general. Reírnos de nosotros mismos.
Después de tantos años, e incluso en un periódico de pueblo, he comprendido muy bien que este tipo de creación puede ser complicada, debido a tu propia búsqueda entre el equilibrio y lo irreverente, entre la corrección y las sensibilidades de quienes lo leen.
Las caricaturas o los chistes, son mensajes cortos e ingeniosos, y resultan ser un medio excelente y rápido para la transmisión de cualquier mensaje. Y mucho más allá de esa manifiesta y graciosa fachada, es una forma sana de recobrar un poco la potestad ante los que controlan el poder y nuestras vidas.
Un caricaturista es como un solitario franco tirador que dispara siempre con la esperanza de dar de forma eficaz pero no incontestable, en el centro de la diana. Su humor es su arma; pero un arma que no mata.
La masacre en la revista satírica francesa 'Charlie Hebdo' , como a muchos otros, me han tocado la fibra como dibujante humorístico, y como no, como ciudadano del mundo y ser humano, independientemente de estar de acuerdo o no con sus dibujos, chistes, artículos, crónicas u opiniones. Se trata de libertad y tolerancia, o de que quieran privarte de ellas a la fuerza.
El humor es la última trinchera que nos separa de la incultura, la tiranía y la barbarie. Porque uno ríe y sonríe cuando es feliz, y por supuesto, se atreve a reírse del que más tiene, del menos tolerante, y que menos lo entiende.
Sin embargo, quienes viven conquistados por la ignorancia y perturbados por el odio, no soportan la libertad de los demás, y menos aún esa libertad que le da el humor y la risa. La risa les disgusta, y por eso la amenazan y proscriben. Seguramente, porque el humor es la reafirmación optimista, esperanzada y real, de esa libertad que ellos odian. Es como un grito amotinado de libertad, y como tal es ingobernable.
Esta semana escuché en la radio algo que me gustó: Al hablar de los dibujantes de humor e incluso del periodismo y esta creciente intolerancia, aludieron al anuncio que puso Shackleton para buscar aventureros en la primera expedición a la Antártida:
 “Se buscan hombres para viaje peligroso, sueldo bajo,  frío extremo, largos meses de completa oscuridad, peligro constante, no se asegura retorno con vida, honor y reconocimiento en caso de éxito”.
Parece un anuncio puesto para disponerse a ser hoy en día valiente dibujante humorístico, o un periodista objetivo...
Entiendo y además de verdad, la necesidad del ser humano de ponerse en riesgo o de intentar todo lo que le parece imposible. Porque a mi modo, yo siempre me he considerado un aventurero, y pienso que este carácter, el de sobrevivir en condiciones imposibles, forma parte de lo primordial del ser humano. Pero de allí a... ¿Poner en riesgo tu vida por dibujar una viñeta o escribir un artículo o un libro?... ¿Dónde vamos a parar?... ¿Estamos seguros que esto es el siglo XXI?... Masacres en Paris, Pakistan o Nigeria; da igual. Son personas (seres humanos) matando a otras personas, y casi siempre por pensar diferente... 
El derecho a la vida lo tiene cualquier persona por el simple hecho de existir. Y este derecho, me atrevería a decir, que es el más importante. Aunque claro, si miramos los asesinatos de cualquier tipo, o las guerras … esto no siempre es así.
Y en este caso Francés, paradójicamente, es el humor lo que les ha costado la vida. Y con ello se han convertido en otras víctimas más de la libertad de expresión; otro de los derechos fundamentales, junto con la libertad en sí misma.
Y por desgracia, como sabemos, a lo largo de la historia la libertad no se ha regalado, casi siempre se ha conquistado. Y en muchos casos, ha costado tanto lograrla, como después salvaguardarla.
Hoy más que nunca hay que amparar a los humoristas de todo tipo, por darnos la posibilidad de reírnos de quienes nos hacen llorar.  Porque el humor nos hace libres y fuertes.
Tras el atentado en Charlie Hebdo”, la indignación ha sido máxima, y la única respuesta es no doblegarse.  Y así ha sido. Inmediatamente, en muchas partes del mundo, se ha producido la respuesta de dibujantes, periodistas, o ciudadanos, que levantamos un cartel con el mensaje inapelable de: 'Je suis Charlie. Y no por estar o no de acuerdo con las publicaciones especificas de esta revista satírica, si no por sentirnos atacados y a la vez menos vulnerables.
Terminaré este post con unas palabras del Papa Francisco, que como representante de una religión que en su día y en su nombre también provoco innumerables genocidios, nos está dando una lección de enmienda y compromiso:
“No es necesario creer en Dios para ser buena persona. En cierta forma, la idea tradicional de Dios no está actualizada. Uno puede ser espiritual pero no religioso. Algunas de las mejores personas en la historia no creían en Dios, mientras que muchos de los peores actos se hicieron en su nombre”. (Francisco)
Desde aquí, con estas líneas y estas viñetas dibujadas con cariño, quiero obrar mi particular homenaje y clamar mi lamento por las victimas de Paris, Pakistán, Nigeria, Ruanda, o cualquier otra matanza de seres humanos. ¡Vive en paz, y deja vivir en paz!
Javi  

lunes, 12 de enero de 2015

SENSACIONES


Hay que diferenciar entre lo que piensas y lo que sientes. Entre lo que crees lograr y lo que en realidad logras.
Entrenarse, equivocarse, entrenarse, equivocarse, entrenarse y así hasta que, un día, ¡por fin!, corres o entrenas, por sensaciones, y al mismo tiempo gozando.
Y reconoces que al hacer las cosas motivado y por gusto, controlas todas o casi todas tus percepciones.
Aquellos que reducen todo a cifras, sin tener en cuenta los signos que te proporcionan sagazmente tu organismo y su mente, están encaminados al fracaso y la frustración.
Puede que al principio, cuando comiences a correr (o a realizar cualquier actividad deportiva), ayudado de detallados y conformados planes de entrenamiento, las mejoras, tus marcas, la superación de tus aparentes limitaciones, te parezcan espectaculares.
Y seguramente lo son, no digo lo contrario; pero más pronto que tarde, aparece la rutina, la impaciencia, las malas sensaciones, agobio, ahogo, e incluso las lesiones. Desaparece esa motivación y el estímulo, y todo se convierte en forzoso e impuesto.
En mi humilde opinión, y aunque parece algo subjetivo, hay que señalarse el objetivo final de observarse, conocerse bien, y correr y entrenar, por sensaciones. Porque lo de entrenar por sensaciones, tan solo es una cuestión de la practica complementada con sentido común y algo de sensatez.
Si un día estás corriendo, te encuentras cansado, marchas muy incómodo o te duelen las articulaciones, has de bajar lógicamente tu ritmo hasta encontrarte mejor.
Si aún así esas dolientes sensaciones persisten, no lo dudes, tómalo como un evidente indicador de que algo estás haciendo mal y no estás asimilando, así que debes descansar. Y siempre sabiendo, siendo consciente, que el trabajo, la meteorología, las relaciones personales, etc;... Todo, todo, influye en nuestro estado físico y mental. Y no solo hablo de entrenar o salir a hacer deporte, si no te apetece participar en una u otra carrera, ¿porque has de hacerlo?.
Hay que tener meridianamente claras unas ideas: No soy profesional. Soy amateur. Lo hago por gusto. ¿Porque he de estar persistentemente pendiente del ritmo, los kilómetros recorridos, las pulsaciones, o del desnivel acumulado?.
¿Pretendemos tener todo cuantificado y dirigido?. ¿Para qué?
Por otra parte, si es cierto que podemos programarnos nuestro entrenamiento algo más en serio, y para ello si necesitaremos saber hacia dónde vamos y que queremos lograr.  Marcarnos unos objetivos. 
Pero a continuación, únicamente habremos de encajar en ese entrenamiento unos estímulos que nos permitan llegar en la mejor forma el día o los días de”. Y el primero de todos es, ¡¡Pasión!!.¡¡Apasionarte!!.
Pregúntate: ¿Estoy preparado mentalmente? ¿Tengo suficiente motivación?
Porque en esa especie de búsqueda de la excelencia” física, mental o lo que sea, sin pretenderlo, podemos presionarnos en exceso, creernos mecanismos indestructibles, y olvidarnos de lo realmente importante: Disfrutar de ello.
Es justo en ese momento cuando puedes escoger CORRER POR SENSACIONES”. Entonces verás...¡Bendita elección!
Porque correr por sensaciones significa, o bien no llevar reloj, o al menos no ser dependiente de él; significa escuchar mas a tu cuerpo y a tus percepciones y menos a la alarma de tu pulsómetro GPS; Significa percibir el ritmo, y adaptarte tú a él y no al contrario. Descubrir que  correr, entrenar libremente es algo mágico. Y además, casi siempre el resultado final es excelente.
¡¡Pero atención!! Eso; Correr por sensaciones también hay que ENTRENARLO.
Para entrenar por sensaciones, os recomiendo:
Percibir que vas a 4 a 6’ o como vayas, da igual, pero identificando todas las sensaciones que te hacen saber que ese es el ritmo adecuado en cada momento.
En tiradas largas, que el reloj sea tu colaborador, y no tu capataz.
Acostúmbrate a identificad cual tu cincuenta por ciento, o tu noventa, independientemente de tu estado de forma en ese instante.
Pero para conseguir esa percepción, sobre todo al principio si no te conoces bien, si será necesario trabajar con un pulsómetro o GPS. Porque esto te permitirá ir conociendo tus ritmos, he identificarlos. Aprendiendo a relacionarlos con nuestra respiración y cansancio. En definitiva, conocer las sensaciones que nos provoca un determinado esfuerzo.
Algo elemental es que, si eres incapaz de pensar en tus cosas y relajar tu mente mientras corres, es que vas demasiado acelerado.
En resumen, entrenar por sensaciones, quiere decir, saber escuchar a tú cuerpo, y ser lo suficientemente desenvuelto, para alterar un entrenamiento duro, por otro más suave, si ves que ese día no estás preparado ni física ni mentalmente, transformándolo siempre en un entrenamiento agradable.
Somos personas, y solo por eso, con muchas limitaciones.
Desde mí ya algo de experiencia (aunque solo sea por años), he de reconocer que el entrenamiento por sensaciones es uno de las mejores modos de realizar ejercicio físico, y además obtener mejores y mayores beneficios para tú cuerpo y tú mente.
Es más, en mi caso, si soy sincero, mis mejores carreras y cronos, los he logrado así. Olvidándome del reloj, la música (nunca llevo en carrera), sumergiéndome en el ambiente, saboreando todo como una salida más, corriendo por sensaciones, feliz y con una sonrisa.