lunes, 27 de mayo de 2013

A JUANJO GARRA:



La triste zozobra del desdén de lo pasado, de los recuerdos vagos que suceden, del tiempo que compartimos un poco de tiempo después de vítores adobados de sudores y éxtasis.
Las reliquias de la memoria que no paran de resonar queriendo hablar no de lo sucedido, si no del glorioso pasado que hoy representa en mi tu sombra, más alargada de lo que jamás pensaste o yo te dije; tu recuerdo y tu eterna sonrisa.
Las luces se extinguen, los sueños discurren, las estrellas solo gesticulan su brillo, y el tiempo siempre se cobra las víctimas que no lo quieren abrazar.
Porque tú así lo valías, los que estaban cerca de ti se han volcado en intentar rescatarte.Y los que estábamos lejos, impotentes, hemos suplicado durante cuatro días arrojándote una enorme cuerda de deseos y ánimos que se ha frustrado, pero no se ha partido.  Muy por el contrario, hoy llorando en tu nombre se ha hecho mas fuerte y más extensa de lo que tu, en tu modestia seguro nunca imaginaste.
Ahora tras intentar aferrarte a la vida durante cuatro agónicos días, estarás ya bien. Estarás junto a Iñaki, Pepe Chaverri, Pepe Garcés, Javier Escartín , Javier Olivar, Lorenzo Ortiz, Félix, Tolo, o tantos otros, que como tú, cuando intentaban alcanzar la cumbre de sus pasiones, se marcharon pero permanecen envueltos en su añorado sueño. Estarás junto a ellos velando por tu familia y por todos nosotros. Estoy seguro.

Conocí a Juanjo en el campo base del Manaslu en 1999. Y no se me ocurre un lugar más extraordinario para conocer de verdad a una persona tan soberbia como Juanjo. Donde era él al 100%.
Compartíamos permiso y expedición, montañeros de Aragón Barbastro y un grupo de Al filo de lo imposible, del que Juanjo era miembro, que pretendía filmar la ascensión de Carlos Soria a esta montaña.
De que grupo más portentoso de alpinistas me beneficié, y tuve la suerte de tratar y conocer aquellos días: Nuestro jefe de expedición, Pepe Chaverri que lógicamente ya conocía bien, al mismo tiempo Iñaki Ochoa, Carlos Soria, Ferrán Latorre y el bueno de “Juanjo Garra”.

Con Juanjo hicimos migas desde el primer día. Bueno, él las hizo con todos nosotros.
De entrada y sin conocerle, era un tío afectuoso, cordial y simpático, que le gustaba presentarse en las tiendas de los demás para charlar de cualquier cosa, o si te veía ocupado con alguna tarea que creyera que precisaba su ayuda, a cooperar.
Lo primero que me llamo la atención de Juanjo, y seguramente es el motivo por el cual me identifiqué inmediatamente con él y lo sigo haciendo, es que parecía una persona “corriente”.
En un universo que entonces yo tenía idealizado, y me parecía cobijo  de súper hombres e  imponentes y bravucones montañeros, donde yo me había infiltrado (o así lo sentía) Juanjo era humilde y “normal”.
Él fue el primero que me hizo desmitificar esta idea, y sentirme parte de ese mundo con pleno derecho. Después, le siguieron el resto, si,  pero él, tan inmediato, cercano y cariñoso, tenía ese don; Tenía el don de la humildad, la modestia y la sencillez, y lo transmitía a su alrededor, camuflando lo excepcional como corriente. Ser una persona extraordinaria, que figuraba ser ordinaria.
Durante un mes, fuimos vecinos de tienda, y como una nevada bloqueó nuestro avance durante más de una semana, obligándonos a pasar largas horas como buenamente podías en el campo base, a mí me gustaba mucho visitarlo y charlar.
Hablábamos de lo divino y lo humano, e incluso bromeábamos sobre los dedos que le faltaban en su mano derecha, y como los malogró. Por eso, por esas bromas, en la caricatura que le dibujé en mi cuaderno de expedición, le pinté un cepo para ratones atrapándole los dedos... 
Era tan buena gente, que incluso siempre he sospechado que fue él quien organizó la comida “sorpresa” que se realizó para celebrar mi 32 cumpleaños allí.
La expedición se sucedió, y no viene al caso hoy extenderme con ella.
Después de la misma, nunca perdí el contacto con Juanjo, e incluso estos últimos años se arraigó debido a nuestra mutua afición por correr. 
Nos felicitábamos puntualmente por los resultados, aventuras, carreras o navidades, y nos reuníamos en alguna media maratón, entre ellas en la de Barbastro (mi pueblo); Cada vez, al vernos, nos abrazábamos con esos abrazos que nacen del corazón; con afecto mutuo; y charlábamos poniéndonos al día de nuestras mutuas andanzas. Él siempre sabia de mi vida: -" “Sigo tu blog"”, me subrayaba  ante mi asombro.
Al terminar la carrera me preguntaba: -“¿Qué tiempo has hecho?””, y tras indicárselo,  con una sonrisa me apuntaba: - “”¡Serás maricón!””... 

Eres quien eres, y te encuentras dónde estás porque así ¿Dios? lo quiso. 
Haber conocido a personas como Juanjo me hace estar aún mas dichoso de ser y de estar.
Una persona que sin él saberlo influyó en mi, enseñándome a valorar eso que dice: "“Sé feliz con lo que eres y con lo que tienes, mientras persigues lo que deseas"…”.
Gracias Juanjo. Nunca te olvidaré. D.E.P.
Javi

TRISTEZA



El destino es caprichoso, y la vida, en numerosas ocasiones injusta, por ello lo que solo nos queda es sonreír ante lo que nos queda por delante, y recordar a los que ya se han ido para que nunca terminen de marcharse.
Todos los esfuerzos han sido en vano y Juanjo Garra ha fallecido en El Dhaulagiri.
Su ida ha entristecido nuestros corazones, pero su recuerdo nos iluminara por siempre. Los momentos vividos a su lado, grandes o pequeños, nunca se borraran de nuestras mentes, y cuando nos sintamos tristes nos acordaremos de ellos y esbozaremos una sonrisa.

En ninguna otra situación como en el duelo, el dolor es ABSOLUTO.
A veces nos duele el cuerpo, otras la presencia, o otras el alma. Pero en la pérdida de un ser querido duele todo: el pasado, el presente y fundamentalmente el futuro.
Pero.... Siempre hay un motivo para levantarse y seguir caminando… Siempre hay razones para continuar… Y afortunadamente… SEGUIMOS ADELANTE Desde este mi pequeño rincón en el mundo, me gustaría rendir un pequeño homenaje mediante este recuerdo, a Juanjo esté donde esté.
Juanjo, gracias por haber formado parte de mi vida.
Eras una gran persona, y no es una frase hecha, Juanjo era uno de los mejores.
Mi más sincero pésame a su familia y muchísimas gracias a todos los que habéis intentado hasta el último aliento sacarlo de allí.

lunes, 20 de mayo de 2013

¿PROGRESAR?



Hoy en día, la vida está supeditada a la rivalidad, y vivimos de una forma casi combativa. Si, seguro que en la edad media o antes también..., pero, la diferencia es que ahora la imagen personal tiene un enorme valor para lograr "éxitos", y entonces sospecho que su imagen personal importaba un pito.
En el deporte amateur pasa  igual. 

Se comienza por goce y divertimento, después quizás aparece la ambición y el deseo, pero poco a poco, si te idolatran demasiado los que te rodean, todo puede transformarse sin darte ni cuenta en un deber de justificación  auto impuesto. Y además lo chocante es, que este deber, esta obligación, terminan generando dentro de ti una especie de descontento, que no tiene nada que ver con aquellas emociones y entusiasmo de cuando comenzaste.
Después, terminas por desorientarte, confundirte y querer equivocadamente "¿qué te quieran o admiren?"..., y además repito, con la ironía de que esto te ocasiona requerimientos, obligaciones y deberes. Y te conviertes en una simple marioneta de ti mismo.
¿Cuántos personajes interpretamos a diario?¿deportista? ¿montañer@?¿ amig@?¿pareja?¿ espos@)? ¿ padre o madre? ¿ hij@? ¿ herman@? . ¡Qué horror!.
Es tu esencia, tu "auténtico yo lo que hay que escuchar ". Dentro de ti. Ese único lugar donde eres tú mismo siempre, con absoluta independencia respecto a los demás y lo que te rodea.
Porque, si llevado por esa especie de "acreditarte ante el mundo", actúas de manera digamos ambiciosa y egoísta, a buen seguro sufrirás incluso  descalabros afectivos; y solo con esto (que ya es mucho), aunque alcances los éxitos y metas planeados, siempre te quedará la decepción y el descontento.
Porque en el fondo, percibes y sabes, que tú actitud ante el deporte, ante la vida, está equivocada, y que ese no es el modo de obtener el verdadero disfrute de la misma, ni lo que verdaderamente quieres.
¿Cuantos conocéis casos a vuestro alrededor casos de personas que (Sin ser profesionales de ello claro), vivían o viven solo para su deporte, sus montañas o sus competiciones? ¿ Y cuántos están o han terminado "solos"?... En tal caso, ¿Merece la pena obsesionarse?. Las obsesiones son siempre peligrosas y perjudiciales.
Y por el contrario, ¿qué pasaría si  simplemente te escucharas por dentro, y fueras fiel a ti mismo en cada momento de tu vida?...
Todos, conocemos las ventajas del deporte. Y entre esas ventajas, está que te forman un carácter enérgico, noble y sincero; y son precisamente estos distintivos los que te fraguan como una persona capaz de emprender cualquier tarea por dura que está sea.
Así que, utilizando esa voluntad, esa valentía, y esa sinceridad que nace en tu espíritu mediante el deporte, y enfocándolo bien, paulatinamente hay que eliminar ese egoísmo y esa competitividad.
Aunque no lo parezca todos estos conceptos los tengo claros desde hace unos años, y desde que fui padre mucho más. Y no, no ha sido mi lesión la que me ha hecho recapacitar. Pero bueno, si ha sido la lesión la que me ha hecho plantarme aún más, detenerme un poquito antes de lo que deseaba. Ahora ya dudo si iré al Spartathlon, pero además, si lo pienso bien, no me importa.
Mi cuerpo se revela en forma de lesiones para que deje de darme esas grandes palizas por otra parte "necesarias", para preparar bien cualquier gran "apuesta" deportiva. Y mi mente también se revela, porque preparar este tipo de carreras durante muchos años, en las que necesitas cometer muchas horas de entrenamiento, y maltratarte con  madrugones y extenuaciones, también termina extenuándola.
Por otra parte, en este instante de mi vida, no cambiaria ningún reto más, por muy afamado que fuera, si el precio a pagar es cronificar una lesión y no poder correr mis ratitos por el campo durante muchos años; o en futuro próximo no poder iniciar a mi hija en todos estos deportes que tanto me gustan, escalar, esquiar, o hacer barrancos; o no poder patear por el monte hasta que sea muy mayor, cuando si Dios quiere incluso pueda volver a lo que mas me ha gustado en mi vida deportiva, las montañas del Himalaya; o por tozudo y testarudo, no poder disfrutar de esta nueva etapa que se abre en mi vida de coordinar y realizar viajes de aventura compartidos con quien quiera apuntarse a lugares fantásticos junto con viajes Barceló de Barbastro, que arrancará este año con el Kilimanjaro y que preveo será una etapa apasionante.
Por todo esto, de momento ya he renunciado a la TMB, y a Lavaredo iré, sin agobios, en plan templado y prudente, y por el aliciente de compartir el viaje con mi familia, y la experiencia con algunos queridos amigos como Paco o David.
Por qué, ¿cuántas veces te equivocas por no hacer lo que dictaba tú conciencia?.
La teoría es fácil; pararte y preguntarte: ¿Cuál es mi fondo? ¿Qué me hace disfrutar? ¿Qué me levantaría todas las mañanas con una sonrisa de oreja a oreja?.
En definitiva, ¿quién eres tú para ti mismo?.....
Pues... igual no es tan difícil... ;).
PD: Espero que este rollo, os pueda servir a algun@ para reflexionar. Yo estoy en ello.

lunes, 13 de mayo de 2013

101 de RONDA


Seas joven, veterano o mayor, has de “creer lo suficientemente en lo que haces”, como para que no te importe lo que piensen los demás; en lo civil... o en lo deportivo... Y es que, nada nos hace más víctimas de nosotros mismos que la desgracia de pensar que las mejores cosas de tu vida son las que han sido aceptadas con grandes aplausos, y no vivir, no actuar de acuerdo con tu propia razón.
Ya no me arrepiento de nada de lo que hago. A lo hecho pecho. 
Lo que ayer era una realidad, hoy ya es un anhelado recuerdo.
Hace ya más de un mes me lesioné en la cadera, y todas las expectativas cercanas: la Jorgeada, los 101 de Ronda, la TMB y Lavaredo se fueron al traste. 
Hice lo imposible por recuperarme en tan corto espacio de tiempo, y me aventuré a participar en la Jorgeada. La terminé muy tocado en la lesión y a tan solo dos semanas  de Ronda, asi que ya decidí no ir, pero… el dolor fue menguando y me inyectaron Acido hialuronico, así que ¿Por qué no intentarlo?. 
Mi buen amigo José Marí bajaba igualmente a participar en el duatlón, Manolo, compañero de Sables, nos habia cedido una habitación en el mismo centro de Ronda (junto al Tajo), tenia los días de vacaciones, la inscripción hecha, y no conocia Ronda. 
La semana anterior, tras las inyecciones, pude hacer un rodaje de 40km, y la lesión parecía aguantar, asi que para Ronda que me fui.
Que decir, de la carrera: Espectacular y muy muy “patriótica” (La salida se da tras grandiosos y enaltecidos  vítores a la Legión, España y el Rey).
Antes de estos vítores, me despedí, de José Mari y de Javier Moreno con el que coincidí (tambien lesionado, que grande) deseandonos mucha suerte, y después, casi tres mil marchadores, más otros tres mil entre ciclistas y duatletas, nos pusimos en movimiento cuando lanzaron el cohete a las once en punto.
La infraestructura es inigualable e incomparable, ya que al organizarla la Legión, y tiene a su alcance todos los medios humanos y logísticos, obligatorios y espontáneos, además los utilizan y lo hacen bien. Se vuelcan; Controles, indicaciones, avituallamientos milimétricos cada cinco kilómetros, personal en cada cruce, animación, fiesta. Todo el al servicio de una carrera que se nota que quieren y agasajan en toda la comarca. Carrera dura de orografía y clima (musaa calooo), pero bastante corrible, y disfrutable al 100%.
Yo arriesgue, y en principio todo parecía ir bien; corrí más de veinte kilómetros sin ningún tipo de molestia, pero…, a partir del kilometro treinta, comenzaron las dificultades donde tenían que ser, en la lesión de la cadera. No era lo mismo 40km por uniforme asfalto el domingo anterior, que por este terreno arbitrario de Ronda.
Tomé inmediatamente un antiinflamatorio, y ralenticé mi ritmo deseando que se apaciguara, pero no, el dolor cada vez fue a mas. Aguanté, y me auto engatusé un ratito, pensando, “un poquito más y se pasará”. Una hora más tarde, me zampé un segundo antiinflamatorio, pero nada parecía apaciguar ese dolor ya perspicaz y penetrante en la cadera derecha.
Así que, andaba por el km 45 y sin ninguna duda, decidí terminar en el control de 50km que venía a continuación… pero, una vez allí, llevado por ese ansia que todos tenemos de, “un poquito más”, y la pista que parecía bastante regular, lo hice en el 55 sin ningún sinsabor. Una semana antes estaba seguro de no poder participar, y estaba aquí, habiendo recorrido algo más de la mitad de la carrera, y en el tiempo que me había prefijado en principio, incluso ralentizándolo conscientemente por el dolor; ¿Qué más podía pedir?.
Me dolía ya mucho, y “si no pinchaba”, me quedaban otras cinco o seis horas amplificadas por el cansancio, y por lo que me contaron, por un nuevo trazado más duro que otros años del que todo el mundo echó pestes.
El deporte nace de la expresión de alguien que se cree capacitado para enfrentarse a un reto, y aceptar e incluso disfrutar de esa revolución interna de un ser deseoso ante un destino que desconoce y, a la vez, de alguna manera, teme. Afrontar un desafío, sabiendo que el único final posible es la meta, sería engañarse. Terminé contento porque mientras mi lesión aguantó, disfruté y fui feliz. Lo demás son las reglas del juego.  En cualquier instante una lesión, una torcedura, un contratiempo puede dar al traste con tu anhelo.
Ahora, de manera más reflexiva y sensata, debo recuperar bien la lesión, así que tanto la Trans Montes Blancos el 1 de Junio, como Lavaredo quizás tengan que esperar para otra ocasión.
FOTOS:
 Ronda preciosa
 Recogida de bolsas para puntos de control. Gran organización.
 Salida neutralizada de ciclistas previo a la salida general. Antes con Javier.
 Por los caminos de Ronda

 Tiempo final de los "101 menos 46" de Ronda