miércoles, 27 de febrero de 2013

ESPÍRITU

Sucede, suena, sueña, suelta, y suele suceder.
Por deliberada omisión o por improvisada acción, los miedos son más fáciles de cosechar, incluso de crear. Pero no las ilusiones. Esas crecen solas, y la mía ya tiene dos añitos.
¿Cuántos verdaderos silencios  me obligaré a escuchar para comprenderlo?
Me he sentido sin límites, sin fronteras y sin reparos. 
Ahora, como consecuencia lógica, soy ya en todos los sentidos irremediable. Pero, sólo pienso en ella. En sus manitas, su pelo y su mirada redonda y cálida, que yo siento profunda y generosa. 
Cuántas veces ya ha sometido de satisfacción mis ojos y mi pecho esa mirada. Que extraordinario sentimiento ha desenvuelto.
Desde el comienzo de mi vida, me negué a aceptar la realidad, siempre entendí el mundo a mi manera, y siempre sentí, que hay rendijas en las cuales, no puede aplicarse la lógica y si el deseo y la esperanza. La siento consecuencia de todo eso.
Todo nuevo y nada fácil. Pero forma parte de este inédito, insólito, desafiante e intrigante mundo que empezamos a vivir y disfrutar los tres juntos. Ahora somos una familia.
Disfrutarla, verla crecer ... El mejor regalo que se puede pedir y tener. Es el Espíritu y el motor.
Javi

sábado, 23 de febrero de 2013

ABRUMADO E ILUSIONADO (Diario del Kilimanjaro 1)


Lo mejor que podemos hacer por otro, no es compartir con él nuestros méritos, sino mostrarle los suyos.
La respuesta a la propuesta/apuesta de Viajes Barceló para que formara y coordinara un grupo guiado en este caso a la cumbre del Kilimanjaro, ha sido para mí abrumadora...
En solo dos días ya había grupo (más de 20 inscritos), y se abrió la lista de reserva.
(Para ir bien, el grupo debía ser de unos 15, y un máximo de 20). Si en esa lista hubiera tantos como para un segundo grupo (más de 30), barajaré la posibilidad, y si no, pues estarán a expensas de alguna baja en este primer grupo de veinte.
En lo que llevo vivido (que deseo que sea menos de la mitad de lo que me queda por vivir), he ascendido por encima de los 5000m unas diez veces y dormido a esa altura; por encima de los 6000m unas nueve y dormido a esa altura; por encima de los 7000m cuatro veces y dormido a esa altura, y por encima de los 8000m una sola vez, cumpliendo un capítulo de un gran sueño.
Me encanta el carácter de la altitud y la aclimatación por lo que significa. Como la falta de oxígeno te hace más débil y vulnerable, y te obliga y te ralentiza en todos los sentidos. Como percibes como poco a poco tu cuerpo, y tu mente, se defienden para sobrevivir, reaccionan y se adaptan. Entretanto, tienes que esforzarte, y afilar todos tus sentidos para no dejarte caer en ese tedio vital que te arrastra a la mínima voluntad por esa falta de oxígeno en tu torrente sanguíneo y tus músculos. Tienes que esforzar tu mente y tu carácter, chequearte, verificarte a cada paso, y con cada inspiración inhalar vida y espíritu para avanzar. Te aclimatas. ¡Menuda metáfora de la vida!.
Todo esto no significaría nada, si no fuera porque por supuesto haces ese esfuerzo para acceder a lugares naturales fascinantes y casi de ficción. En este caso será el techo de África, el "Kilimanjaro".
Tengo muchas ganas de volver a sentir esas sensaciones en las faldas del Kilimanjaro, y conllevarlas apoyando con mi experiencia a un grupo de personas que por vez primera las sentirán, las soportarán y como no, las someterán.
Se trata como siempre de capacidad de sufrimiento, de motivación y permanentemente de humildad. De no creerse nunca superior al objetivo que pretendes. Respeto al medio, a tus compañeros y a ti mismo.
¿Cómo me lo planteo?. Tengo la misma ilusión con la que afronto cada nuevo proyecto, incrementada por hacer partícipes a otras personas. Es la misma sensación que tuve al querer hacer partícipes a los demás de las emociones que sentía dentro de un barranco y que me llevó a hacerme guía, o hace pocos años del espíritu de superación de una carrera de Ultra distancia, creando conjuntamente con mis amigos Arcadi, Kike y santi la UTGS.
Siempre siento que hago todo por primera vez.
Una vez allí, quiero ayudarles, pero también transmitirles (y tuve por suerte grandes maestros en eso como
Pepe Chaverri o Fernando Garrido), que cada día, cada minuto de ascenso, es un minuto único e irrepetible que hay que degustar y saborear. Sentirnos afortunados por poder vivir algo así en tu vida. Que estás viviendo una experiencia de las que imprimen carácter. Que lo auténticamente placentero y lo verdaderamente significativo, es el trayecto y no el fin (la cima).
El trayecto son ocho días de deleite, experiencias, vivencias, y superación; la cima apenas una hora... un hermoso regalo, que marca "el final" de un sueño forjado durante meses, o quizás años.
Sí, es cierto que hay una embriagadora sensación que percibes precisamente desde la cima una vez alcanzado plenamente un objetivo. Porque te has volcado con todo tu
empeño en él; has luchado más allá de lo que pensabas que podrías abarcar para lograrlo, y das este último pequeño paso a la euforia propia de un logró que tan poco te costó soñar, y tanto te ha significado conquistar.
Es
una profunda satisfacción, que te hace inflamar de orgullo, y te sientes, literalmente, por unos instantes en la cima de tu vida. Has alcanzado aquello por lo que te has estado esforzando tanto. Aquello que te quitó el sueño y que de forma contradictoria, fue lo que mejor te hizo dormir. Te sientes triunfante si,...pero:
Mirando a tu alrededor adviertes que esa montaña escalada es una más; que hay otras muchas alrededor. Que hay otros muchos retos por conseguir, y que este solo ha sido el camino a otro futuro reto. Entonces corroboras que lo importante es el camino y no la cima.

Lo hubieras logrado o no, tan solo ha sido la ruta, el csmino para otro reto futuro.
Es entonces cuando dejas de valorar la cima (las metas), y valoras todo lo demás, y te asalta un sentimiento de callada pena porque ha terminado y regresas a casa. Despiertas de un sueño, pero se abre la satisfacción de fraguar otro nuevo.
Se dice que somos lo que hacemos para intentar cambiar lo que somos, y que esa tarea no se termina jamás. Eso quiero transmitirles.
Pretendo volcarme, ayudarles, pero sobre todo contagiarles mi ilusión. Enseñarles a desearlo con todas
sus fuerzas. Porque los cielos nunca ayudan a la persona que no desea.
No vale compartir ideas, sin compartir momentos importantes de la vida.

Hay resignados que sostendrán que el impulso responde a una desmedida ambición. Yo, sin embargo, pienso que el propósito y el cumplimiento de nuevas circunstancias es la parte fundamental de la vida.
Gracias anticipadas a todos los que habéis confiado en mí para acompañaros en este viaje “iniciático”.

miércoles, 20 de febrero de 2013

DETERMINANDO 2013

Voy poco a poco dilucidando los proyectos "deportivos" (como siempre) optimistas y comprometidos para este año 2013:
El primer quite espero que sea este próximo mes de mayo en los 101km de Ronda, donde mi propósito es lograr la marca (menos de 10h 30m) que me dé derecho a poder inscribirme, por fin no este año, si no el 2014, en el Sphartatlon (Atenas.).
En junio, mi objetivo, y al que ya estoy inscrito junto cuatro amigos del Club de Atletismo Barbastro (Paco Jordán, David Bestué, Francisco Lozano y Luis) ,  es participar en la  The North Face Lavaredo; Un férreo Ultra Trail de montaña en los Dolomitas (Alpes Italianos), de118km Non Stop y 5700m de desnivel positivo. Me lo propusieron un día de rodaje dominical, y me pareció un gran incentivo en un lugar que ya conozco y me encanta, con unos amigos, y además, como el pasado año en Nueva York, un buen lugar para compartir viaje con la familia.
A partir de allí, sin desechar participar en alguna otra Ultra o carrera que me refrende la preparación durante este año de largas carreras de Ultra fondo Non Stop, el principales objetivo se hallará en el mes de Septiembre:
A principios del mes, y como ya he manifestado, dirigiré o capitanearé muy entusiasmado para viajes Barceló de Barbastro un grupo hasta la cima del Kilimanjaro en Tanzania.
Ahora, a procurar recuperar la molestia en la rodilla que arrastro desde  noviembre tras Nueva York, y agravé en la maratón de San Sebastián (aparentemente tendinitis), y después lo de siempre y por este orden: focalización, estimulación, mentalización, motivación, ilusión, empeño, preparación y si Dios quiere y la suerte acompaña, resultado y logro.

miércoles, 13 de febrero de 2013

AUNANDO EMOCIONES (kilimanjaro)

Hace ya tiempo, David (Viajes Barceló de Barbastro), insistía en hablar conmigo, dejándome caer que barajaba la posibilidad de realizar en la agencia, porque así se lo demandaba la gente, viajes "de aventura". en grupo.
Su problema era que en este modelo de viaje, no se atrevían a capitanear dichos grupos.
La propuesta pasaba por que fuera yo el "guía"/acompañante de estos grupos, para así desde la agencia poderles brindar ese servicio cercano y personalizado que les gusta proporcionar en sus viajes y que tanta reputación les ha dado (preguntarle a mi madre...).
Yo liado estos dos últimos años con mis propios "proyectos" deportivos, la verdad es que no le hice demasiado caso...
Hace poco mas de dos meses, David volvió de nuevo a insistirme en el tema:
 -"Donde tu quieras", me reiteró...  Pues bien, yo sin pensarlo demasiado le contesté: -"Al Kilimanjaro"...
Y en ello andamos y lo hago publico aquí.
La idea es captar un grupo de personas que su voluntad pase por hacer un viaje de aventura sin distinción, o bien concretamente, su anhelo desde siempre, entre otros, es viajar a África y ascender a esta mítica cima, pero necesitaban esto, un empujoncito, un grupo con quien compartirlo, y donde sentirse resguardados, impulsados y alentados.
Aparte de, en este caso, y gracias a la confianza y ánimo de David, conducidos y asesorados por mí mismo, que aparte de muchísima ilusión, supuestamente tengo algo de experiencia en montaña, en altitud, en viajes de aventura, y como guía.
El requisito que a priori le puse, fue cometerlo de la manera mas económica posible en tiempo y dinero.
Ahora, desde la agencia están concertando y concretando presupuestos con las inevitables agencias locales para, o bien hacer únicamente la ascensión, o bien, si el precio no se dispara demasiado y ya que estamos allí, decidir la posibilidad  de realizar un pequeño safari por algún parque nacional de Tanzania o Kenia tras la ascensión. Barajaremos las dos opciones.
El viaje en general, la ascensión en particular, será para todos seguro una experiencia fascinante, que solo requiere ganas, motivación, una buena forma física, la aclimatación adecuada y determinación.
No presenta grandes dificultades técnicas, tratándose más bien de un trekking a gran altura por senderos bien marcados. Los porteadores, cocineros, algún guía local, y yo mismo, os acompañaremos durante todo el recorrido permitiéndote disfrutar y centrarte en el ambicioso objetivo de conquistar la cumbre y disfrutar de ello.
Sin haberlo hecho público, ya hay mas de un interesado. Si estás interesado también, házmelo saber, o llama al contacto que adjunto de la agencia de viajes Barceló en Barbastro, y en cuanto tengamos más información, presupuesto, etc, te la haremos llegar.
Mi intención es componer un grupo homogéneo, de buen talante y ánimo, para incluso, durante el año y como preparación, hacer alguna actividad conjunta (barranco, Aneto,....).
KILIMANJARO:

 Una de las imágenes más bellas de África es, sin duda alguna, la imponente cumbre nevada del Kilimanjaro en plena sabana africana.
Situado al noroeste de Tanzania, cerca de la frontera con Kenia, con 5.895m es la montaña más alta del continente africano y una de las 7 cumbres (Grupo exclusivo constituido por la cumbre más alta de cada continente).
¿Cuando?La mejor época para intentar la ascensión son los meses más secos de Septiembre, Octubre, Enero y Febrero. Así que las fechas que he elegido serán del 4 al 13 de Septiembre.
¿Hace falta experiencia?Me reitero: El Kilimanjaro es una de las pocas cumbres cuya ascensión no tiene las complicaciones de otras montañas mítica
s, y aunque, por supuesto hay que ir bien preparado, las tres rutas más sencillas, Marangu, Rongai y Machame pueden ser escaladas por una personas con buena salud sin necesidad de conocimientos ni experiencia en alpinismo.
¿Cual será la vía de ascensión?

 Lo estoy barajando aún, pero tras asesorarme con amigos que han guiado allí grupos, lo más probable es que sea la Machame para el ascenso, y la Marangu para el descenso. La Vía Marangu es el camino más rápido a la cima (4-5 días de ascensión), pero también es el más masificado (La famosa vía de la Coca Cola). Además, es tan pendiente que apenas te da tiempo a aclimatarte a la altitud, lo que deriva en que muchas mas personas sufran los efectos de la altitud de manera mas violenta.
Para mi lo fundamental es tomarse la ascensión con tranquilidad, aclimatar bien (nadie aclimata al mismo ritmo), e intentar hacer cima todo el grupo. Por ello escogeré la otra ruta
de ascenso, mas tendida y menos frecuentada, y eso si, utilizaremos la vía más directa y popular para hacer un rápido descenso tras la cumbre.
¿Hay refugios en el camino? 

A lo largo de la ascensión existen refugios con utensilios de cocina, baños (el típico agujero en el suelo, no esperes otra cosa), y en algunos hasta electricidad, donde hacer noche al final de cada día.
¿Qué peligros hay?

 Repito. "La ascensión no es técnica". Los peligros son básicamente los relacionados con la altitud, sus morbos (una gran experiencia) e indisposiciones, por lo que aconsejan contar con alguien que sepa reconocer el "mal de altura" y sepa tratarlo.
Es un viaje casi iniciatico, desde la jungla tropical a los glaciares, donde se pueden soportar temperaturas de más de 15 grados bajo cero, así que también hay que llevar ropa adecuada para ello.
¿Cual es la peor parte? 

El ataque a la cumbre se hace desde Kibo, generalmente durante la noche, ya que es más fácil subir por la ladera helada, para llegar a Gilman's Point hacía las 5 o 6 de la madrugada. Desde aquí todavía falta una hora y media de ascenso hasta la cumbre en Uhuru. Aquellos que todavía tengan fuerzas suficientes conseguirán llegar a Uhuru Peak al mismo tiempo que sale el sol y disfrutarán de uno de los mayores espectáculos que se pueden ver en el planeta Tierra.
¿Te animas?

domingo, 10 de febrero de 2013

(RE) “8000” . El día que ME salvé la vida

" Tan solo es necesario asumir el protagonismo de tu propia vida, para poder ser un héroe " Estaba nervioso y algo excitado, pero fascinado y muy satisfecho por lo bien que me había encontrado durante todos estos días de equipación y aclimatación. Tan solo había padecido algunas ligeras molestias estomacales y acidez. Una expedición al Cho Oyu (8201m) en solitario, pero compartida con Fernando Garrido guiando un grupo de cuatro personas mas, y la primera a un ocho mil del GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la guardia civil) con diez miembros. Ni queriendo podía haber elegido mejores cómplices de expedición. Cuanto había fantaseado con este día desde niño y cuantas veces lo había imaginado fielmente durante estos años en los que me aventuré a ascender montañas, inicialmente en los Pirineos, después los Alpes, el Pamir, y el Himalaya. Subirme a 8000 mts de altura.
La primera vez que viajé a Nepal (de turismo), al despegar de Katmandú en el vuelo de regreso, mientras observaba por primera vez las grandes cimas nevadas del Himalaya pegado a la ventanilla del avión (Los Anapurnas), sin poder evitarlo unas palpitadas lagrimas empañaron mis ojos, y dije: - “Volveré, para escalar en estas montañas”.
Ya había cumplido esta promesa hace dos años durante una expedición aragonesa al Manaslu (8156 m) organizada para celebrar el cincuentenario de mi club Montañeros de Aragón Barbastro, donde por mal tiempo pudimos alcanzar la cota de 7.300m.. Pero, de nuevo mañana estaba en mi mano y en la de mi suerte, cumplir ese mágico sueño de subir a ocho mil metros. Convertirme...¡Ser “ochomilista”!.
Me hallaba en una diminuta tienda en el campo II del Cho Oyu a 7200m. de altura. Era mi segunda ascensión hasta esta altura, pues cinco días antes había conquistado este punto para levantar una tienda, y a la vez finalizar la aclimatación. Posteriormente, mientras ya me encontraba descansando en el campo base, se produjo una fuerte tormenta de nieve y viento que devastó el campo II, y mi tienda junto a todas las demás que se encontraban aquí arriba voló, y ahora debían estar por los alrededores del Everest (montaña mas próxima). Dentro de ella mi mono de plumas y los banderines para las fotos de cumbre.... Así que de nuevo habíamos tenido que portear tiendas hasta aquí, y el mono de plumas que ahora llevaba, me lo había dejado José Luis Escolano, que era uno de los miembro de la expedición de la guardia civil, y que casualmente también es de Barbastro. Por desgracia, José Luis había tenido que abandonar hace unos día el campo base y bajar rápidamente de altura por orden de Michel (medico de su expedición), aquejado de un violento edema pulmonar...
Yo, como los otros, persuadido por Fernando Garrido, también había optado por no instalar el campo III, e intentar ascender directamente desde el dos a la cumbre. No veía la hora de salir hacia ella.
Me introduje en el mono de plumas para tratar de descansar hasta las doce de la noche, que era la hora en la que proyectaba ponerme en marcha. Era consciente que los nervios no me dejarían dormir este rato de espera e impaciencia, así que, como mi aclimatación y mis fuerzas eran lo suficientemente óptimas como para tras hollar si podía la cumbre, bajarme directamente al campo uno, había decidido dejar allí el saco de dormir.
Once de la noche. Sin trasponerme profundamente, había dormitado con los ojos cerrados desde las seis. Todo es descanso y ahorro de fuerzas, pensaba.
Me dispuse a prepararme el desayuno, desayunar y equiparme cuidadosamente: botas, cubre botas, los crampones, la mochila con dos cantimploras de liquido con algo de isotónico que ya había dispuesto por la tarde derritiendo nieve, unas barritas energéticas para la jornada, un poco de chocolate, una liviana funda de vivac, que asociada con el mono de plumas podrían protegerme en algún circunstancial refugio vivac si sufría alguna complicación mas arriba, piolet, yumar, una vaga de cinta plana,dos mosquetones (nunca se sabe) y la cámara de fotos oculta en el pecho para evitar que se congelara.
Son las doce de la noche y dificultosamente bien abrigado y coronado con el frontal encendido sobre el pasamontañas y bajo la caperuza del mono, ya estoy dispuesto a partir hacia la cumbre. Hace mucho frío afuera, -20ºC. Las estrellas platean un cielo abierto y gélido.
Cautelosa y silenciosamente emergemos un rosario de luces que hacen adivinar fantasmales siluetas progresando por las congeladas y oscuras faldas de la corona nevada que conduce hacia el campo III. Poco a poco mientras asciendes con pasos firmes, eficaces y rítmicos, solo escuchas el ahogo y jadeo de tu respiración, y el crepitar de la nieve bajo la violencia de tus afilados y cortantes puntapiés. En mi pensamiento, como muchos días, pero hoy especialmente la gente, mi gente... un pasito por mi madre, otro por mis hermanos Jorge y Jesús, otro .... así varias veces todos y cada uno de mis seres queridos. Con este ensayado recurso mental , van pasando las horas, las nevadas cuestas, y los pequeños contrafuertes de hielo tieso y transparente.
Rebasado el Campo III me agrupo con dos alpinistas Castellano-Leoneses (Martín y Luis), y Darío (un argentino), y juntos continuamos hacia arriba a muy buen ritmo. Sobre las seis de la madrugada nos hallamos en la famosa banda rocosas que se denomina “la banda amarilla” por el tono pajizo de la roca que la forma. Es el tramo más o menos dificultoso, que normalmente se medio sortea realizando una travesía hacia un paso mas abierto, mas efectivo y mas “lejano”. Pero, obviando esta ruta que dilata el ascenso considerablemente, nosotros cuatro optamos por coger un atajo y trepar a lo recto los diez o doce metros de roca vertical que tenemos justo encima de nuestras cabezas, y que se encuentra semi equipada con algunas ajadas cuerdas fijas.
El esfuerzo es enorme y violento, y apoyándonos leve y no tan levemente en las cuerdas, remontamos casi a pulso por ellas.
A 8000 metros de altura, a pulso, asaltamos de golpe y con el aliento fracturado por el esfuerzo la llamada “zona de la muerte”,donde un ser humano solo puede sobrevivir 48 horas debido a la escasa concentración de oxígeno que hay en la atmósfera.
Tras una mas moderada travesía entre nieve y rocas, casi directamente emergemos a la gran grada o plató nevado de la ante cima que precede a la prolongada travesía casi llana que conduce al punto mas alto de la montaña. Ahora aquí sopla el viento y eso hace que el frío del amanecer se intensifique.
Voy marchando ensimismado en silencio, meditando sobre lo que me habían referido algunos amigos conocedores de esta cota. Que a esta altura de 8000m, cada tres pasos había que parar para respirar y recuperar el resuello, por que sin oxigeno te notabas extenuado con cada maniobra. Doy siete, nueve, diez pasos, y voy bien. Devo de estar muy bien aclimatado. Estoy feliz y sorprendido. Estamos tan cerca ...
Llegamos casi bajo la pequeña banda rocosa que determina el acceso a la llanura cimera.Son las ocho de la mañana, y hemos hecho lo mas difícil. Estoy a 8.100 metros; un sueño hecho realidad. Desde hace un rato ¡Ya soy ochomilista!.
Por mi satisfacción, tengo muy presente que desde lo alto me velan Pepe Chaverri (Al que quiero dedicar esta cima) junto con mi padre y mis abuelos... Siempre me gusta pensar esto.... Es como un credo particular que me refuerza para concentrar y salvaguardar mi mente y obtener ímpetu. Decidimos parar a descansar, pues como llevamos muy buen horario y estas horas del amanecer son las horas de mas frío, conviene resguardarse lo mas posible del viento.
Ya lo estamos celebrando acurrucados, lo saboreamos. Nos quedan tan solo cien metros de desnivel andando por una manejable planicie a 8.150 metros para tocar la anhelada cumbre. Me como una barrita y me hidrato bien, mientras en nuestros rostros se auspicia casi vanidad y mucha alegría. Un arrebato de entusiasmo. Los primeros rayos de sol nos van calentando sutilmente, mientras comienza a levantarse algo mas de viento, así que decidimos continuar. En una hora y media mas, podemos estar pisando la cumbre.
Cuando retomo la marcha, repentinamente me sobreviene un repulsivo sabor a la boca, y poco a poco, o mucho a mucho, siento como me aborda un progresivo y fulminante debilitamiento general que me confunde. Ante mi confusión, acrecentada por una serie de anormales y repugnantes regüeldos, empiezo a temer que algo de lo que he comido me ha sentado mal , y a ser inmediatamente consciente que al ritmo que va mi trastorno y merman mis fuerzas, si continuo ascendiendo lo poco que queda hasta la cumbre, dudo si seré capaz de regresar; si tendré fuerzas para ello...
No lo pienso más. No dudo. Les explico a mis ocasionales compañeros lo que me pasa y me detengo. Decido hacerme unas fotos de rigor agazapado un instante, para mientras tanto, observar así como va evolucionando esta repentina indisposición, y si asimismo lo valoro continuar o descender inmediatamente.
No mejoro, sino todo lo contrario. Sin dudarlo mas, emprendo un interminable descenso.
Siempre estaré orgulloso de la decisión. Fue la demostración de eso que tantas veces yo y otros habíamos dicho: -“No hay que anteponer la conquista de una cima, a tu seguridad, a tu vida”. Mi mente estaba al ciento por cien. Hay que estar muy entero para tomar esta decisión a cien metros del entrecomillado “¿triunfo?”, y he sido capaz de hacerlo sin vacilar.
El verdadero triunfo fue ser capaz de hacer esto.
El descenso hasta el campo II se me hace interminable y muy amargo. He continuado desfalleciéndome vertiginosa y progresivamente sin parar. Lo que empezó paulatinamente, ahora se resuelve por no ser capaz de dar dos pasos cuesta abajo sin la sensación de que me voy a desmayar, obligándome a parar y sentarme cada poco hasta que me alivio un poco y libro esa sensación de desmayo. Procuro beber mucho y mantenerme centrado y concentrado a cada paso.
Por fin, ya por la tarde, logro llegar a la tienda del campo II. La última pendiente nevada me ha costado lagrimas.
Hay mucha gente de otras expediciones que se han retirado en el intento, e incluso muchos ya están descendiendo hacia el campo base. No soy capaz de dar un paso mas, ni de articular palabra para dar explicaciones, percibiendo que si hablo o hago el mas mínimo esfuerzo, perderé el conocimiento. Tan solo deseo tumbarme, descansar y esperar para ver si me noto algo mejor. Me arrastro literalmente dentro de la tienda.
Paso unas horas acurrucado, y con la ayuda del Sherpa del grupo de Fernando Garrido que me la prepara, sorbo una sopa caliente, y parece que estoy un poquito mejor. Mas templado
He comunicado por radio con Michel el medico de la expedición del GREIM y ya amigo, que se encuentra en el campo base, le he explicado mis perceptibles síntomas durante el descenso, y además los inesperados que están apareciendo después; una nauseabunda y ennegrecida descomposición que me obliga de vez en cuando a salir al exterior de la tienda...
No tengo el saco de dormir, y sospecho que no me quedará mas remedio que pasar la noche de nuevo aquí como pueda. Resistiré vestido con el mono, confinado en la ligera funda de vivac y los pies los engrosaré metiéndolos también en el interior de la mochila.
Pasan las horas, y en el campo base el nerviosismo se acentúa no solo por la permanencia en mi estado a esa altitud, sino porque tras hacer cumbre a las seis de la tarde, Fernando Garrido con uno de sus clientes (Lito), y Legi, el único miembro del grupo del GREIM que a llegado a la cumbre, descienden demasiado lentos, y la noche se ha echado encima.
Son las doce de la madrugada y aún no han regresado al campo II donde yo me encuentro.
A la una, llegan extenuados Fernando y Lito, pero Legi claramente extraviado y con manifiestos efectos de un principio de edema cerebral producido por la altitud, asociado con el cansancio (total desorientación) no llega. Escuchando por la emisora sus intranquilas y algo angustiadas conversaciones y descripciones con el campo base, estoy totalmente convencido de interpretar claramente en que punto se halla del descenso bajo el campo tres, y de que si sigue descendiendo en línea recta, como es su propósito, se encamina hacia un precipicio de seracs de hielo.
Así que con la absurda sensación de meterme donde no me llaman, decido actuar, coger la emisora y ordenarle que se detenga esté donde esté, y que comience a andar sin dudarlo horizontalmente hacia su izquierda sin descender ni un metro, hasta que vea luces. Se hace un arduo silencio en todas las emisoras del campo base. Registro por la tienda y junto con mi lámpara tomo todas las que puedo encontrar, la de Lito que ya está durmiendo y alguna mas de las de repuesto, e ilumino bien la tienda orientando los frontales hacia el techo ocre de lona para convertirla en un improvisado faro que pueda guiar a Legi hasta aquí.
Pasa mas de una hora de muda impaciencia e inquieta calma, y, repentinamente, el silencio lo quebranta el estrepitoso rumor de una emisora. Es Legi: -“Veo las luces abajo”, vocea. Rápidamente, le confirmo que descienda hacia ellas sin titubear, que ya está a salvo. En esa pala de nieve vertical, yo sabia que no había ya ninguna complicación ni grieta; Solo tenía que descender. Aun así, y en su situación, tardó más de una hora, y tuve que salir a gritarle, silbarle y a hacerle señales con un frontal en forma de haz de luz. Casi me congelo. Pero por fin llegó.
Al pasar junto a mi me dijo: - Buenas noches... Sin más… Evidentemente su lucidez estaba perturbada por el cansancio y la altitud...
Meses mas tarde, sus compañeros me describieron la dramática e impotente noche que vivieron desde el campo base, y como todos rompieron a llorar y a abrazarse cuando por fin les confirme que Legi estaba a salvo en su tienda. Según ellos, “Le salve la vida”... Francamente, yo no lo sentí así ni entonces ni hoy, pero si que aquella noche, aquellos dos días, fueron algo que siempre recordaré como algo destacado en mi vida. Lo de Legi..., otros en mi lugar hubieran hecho lo mismo de haber estado allí, pero el hecho en sí, me animó y ayudo a superar consciente y lúcido esa espantosa y velada segunda noche sin dormir por encima de siete mil metros condenado por una inconsistente salud y el deterioro de mis fuerzas.
El descenso al campo base me llevo todo el día siguiente, con alguna que otra indisposición seguida de vómitos de algo que figuraba sangre cuajada y bruna. En el nevero bajo el campo uno, salieron a mi encuentro alguno de los miembros del GREIM para ayudarme y escoltarme en el tramo final.
Cuando alcancé el campo base, Michel me aguardaba con un puñado de goteros tendidos en el techo de mi tienda. Me hizo acostarme casi a la fuerza, y tras hacerme un intensivo reconocimiento médico, me punzo el brazo con ellos sin remisión.
La gente asomaba sus cabezas al interior de la tienda con expresión callada y cuchicheando. Fernando me preguntó: - ¿Tienes miedo?. Yo reí y le contesté: - ¿De que?. No sabia de que me estaba hablando.
Nunca fui realmente consciente de la gravedad o del peligro que corrió mi vida, y aún hoy no lo soy. Me diagnosticaron y ya en casa curaron , una ulcera en el estomago causada por una bacteria denominada Helicobacter pylori, que es la causa principal de la úlcera, tanto del estómago como del duodeno. Esta bacteria se adquiere en la infancia y vive durante muchos años en el interior del estómago. A buenas horas le dio por salir... La ulcera se acrecentó y sufrí una de las complicaciones más graves y espectaculares de la úlcera gastroduodenal, se perforó y sangró. Perdía sangre por el estómago.
En mi caso, este imprevisto y grave trastorno me sorprendió en unos de los lugares mas hostiles de la tierra; a 8000 m de altura y a varios días de la carretera mas próxima.
Michel me describió después, que de haberme sucedido esto mismo en España, en mi casa, me hubieran hospitalizado de urgencia con una ambulancia. Que no se explicaba como pude bajar sin desfallecer.
Él aquella noche sé que lloró de impotencia pensando que me perdía (sus compañeros también me lo contaron meses después). Nunca alcanzaré a valorar del todo un gesto semejante de solidaridad, cariño y respaldo. Un gran tipo y un gran médico
Me gusta ser optimista y extraer una lectura positiva de todo lo que pasó, y no lo cambiaria por nada. Llegue como tanto deseaba por encima de ocho mil metros, y si hubiera hecho cima tan fácilmente como se auguraba, habría salido triunfal si, laureado también, pero no hubiera aprendido nada de nada.
Sin embargo, al vivir aquel fortuito suceso, practiqué, aprendí y viví una de las mayores cátedras de supervivencia que he tenido la oportunidad de superar en toda mi vida hasta hoy, y siempre sabré de verdad que, “conscientemente”, no sitúe la conquista y el prestigio de una cumbre, por encima de mi propia supervivencia. Aquel día tanto mi confianza, como mi juicio actuaron sobriamente en un medio adverso y a gran altura. Una enseñanza que me ha ayudado mucho después en mi vida cuando ante alguna situación adversa la he recordado .
Esta es la historia de lo que sucedió aquellos extraordinarios dos días.
Todos los caminos son solo uno, pero el verdadero camino de tu vida eres tú mismo.
Vivir es preferir, pronunciarse y elegir, y al mismo tiempo soportar ese misterio de nunca saber a donde nos habrían llevado los caminos que descartamos.
¿Acaso ese día salvé mi propia vida y mi destino?. Yo sinceramente creo que si.
---- DÍA 08/05/2.002 -
Carta a mi amigo Javi Subías.
Campamento Base Avanzado del Cho Oyu (5.600 m.) 7 de abril de 2.002
He pensado que publicando esta carta llena de rabia era una manera de expresar lo que siento ahora por mi amigo Javi.Me gustaría decir palabrotas pero no puedo.¿Como puede ser que la persona más preparada, física y técnicamente, la que tenía mas ilusión, la que más había luchado por su proyecto....le falle el día X la suerte? ¿Porqué tuvo que ser ese día y no otro? El día de cumbre...a 100 metros del punto más alto....¡Qué maldita casualidad!.El día X (antesdeayer) Javi salió a medianoche desde el último campamento (7.200 m.) a por la cumbre. Llevaba un horario extraordinario y, pese al tremendo frío, estaba a las 9 de la mañana ya a 8.000 metros, y entonces, de repente, pasó....Aún no lo sabemos exactamente, pero su estómago "explotó" y empezó a echar sangre por arriba y por abajo. ¡Menos mal que pudo bajar! Según me cuenta fue muy duro. No lo quiero ni pensar.Sólo quiero comentar para acabar que, aparte de lo físico o lo técnico, Javi es el mejor compañero que te puedes echar de expedición. Es un colaborador nato, el que más trabaja, el que te saca de apuros....Ojalá volvamos a coincidir en estas u otras montañas. ¡Ánimo Javi!
Fernando Garrido 
 

domingo, 3 de febrero de 2013

DEVOCIÓN

El pasado domingo, Paco (hombre de palabra) y David (doy fe que también), durante nuestra salida dominical, que esta vez nos condujo desde Barbastro a la "Ciudad Muerta" (antiguo asentamiento celtíbero entre Berbegal y el monasterio del Pueyo), cargaron respectivamente (como habían prometido el domingo anterior), con una tortilla de patata pimientos y calabacín, y unas cervezas. Una vez allí, acomodados en una piedra modelada para la ocasión algún siglo "que desconozco" antes de Cristo, por nuestros Celtantecesores, dimos buena cuenta de su esmerado acarreo antes de ponernos nuevamente en marcha y regresar a casa.
Fueron 25km. Kilómetros de risas, amistad, propósitos y afinidad.
Son días como este, y no en una u otra carrera, los días en los que reconoces el correr, compartirlo, como algo mas que un simple deporte individual que en mi caso me evoca a los mejores momentos de cualquier excursión cuando era niño, o placenteros momentos puntuales en cualquier travesía o expedición.
Yo no me considero ningún experto en esta materia que siempre aconsejo: "correr grandes distancias", y opino que esta actividad tiene una raíz personal y psicológica mas que técnica.
La técnica en todo caso se adquiere con la practica, pero siempre pasa por el conocimiento de uno mismo.
Como monitor he impartido muchísimos cursos de escalada, alpinismo o barranquismo; Estas materias si requieren muchos conocimientos específicos y técnicos para su practica, pero me parece mucho mas difícil transmitir algo, que aunque evidentemente si tiene su apartado técnico o de material, tu voluntad pasa por sugestionar a alguien y convencerlo de que si prepara su cuerpo, pero sobre todo su mente, será capaz de cubrir grandes distancias corriendo y además disfrutar de ello.
Muchas veces me han dicho:-" Tal como lo cuentas, parece fácil"; o "- Lo explicas de una manera tan apasionada, que te creo"... Te creo; Parece fácil; Apasionada.
Es devoción:
La devoción es la entrega total a una experiencia, a una practica. Y aunque por lo general esta entrega, es de carácter místico, también es devoción la irresistible atracción hacia una idea, una persona, o como en este caso una acción, "correr"
Devoción es ese sentimiento de emoción sugestivo y absorbente que encontramos al realizar algo.
Devoción es la emoción por una acción decidida, que nos brinda un espléndido estado de ánimo.
Devoción es esa sensación constante de satisfacción, la cual es necesaria no solo para encontrar aquello en lo que parece que somos buenos (eso es lo de menos), sino aquello que nos gratifica y nos ayuda a auto conocernos.
Si lo pensamos bien, deberíamos estar destinados a efectuar esto; acciones que nos lleven a fines entusiastas y nos llenen plenamente. Alejados de modas, dimes o diretes.
Realizar algo que te apasione es una excelente terapia.
Definen  "éxito" como: "convertir aquello que te apasiona en algo por lo que se te reconozca y gratifique"; pero, el éxito se encuentra directamente en el momento en el que puedes realizar aquello que te entusiasma.
Cualquier efecto colateral que pueda venir después, no es más que una consecuencia de practicar lo que te gusta.
Decía Chejov : "Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar".
Yo añado: "Si quieres aprender mas, enseña, comparte".
Soy devoto, beato y practicante del correr, del alpinismo, del barranquismo, del esquí, la aventura, mi familia y mis amigos....; y es la devoción lo que me domina.