martes, 15 de marzo de 2011

POR BURGOS

Este pasado verano, cuando Jordi Aubeso junto con su familia (Dolores, Yoel y Neus) nos visitaron para hacer turismo por la zona de Guara y descender conmigo algún barranco, nos comprometimos a devolverles la visita e ir a su ciudad, Burgos. En enero, aprovechando su paso por Barbastro, de nuevo volvieron a visitarnos con la excusa de recoger algo de material que le ofrecí para la Yukón, y conocer a Nayra; Ya eran tres visitas a cero, pues un año antes también se avinieron a mi invitación para participar en la primera Ultra Trail Guara Somontano (que por cierto ganó Jordi). Así que, sin más demoras y con el pretexto de darle un fuerte abrazo a Jordi tras su “ exhibición” en la Yukón Arctic, y también a mi heroico saco de plumas que le protegió… (ahora me mira por encima del hombro), este pasado fin de semana lo pasamos allí en Burgos junto a los mejores anfitriones que se puede tener. Pasamos un fantástico fin de semana junto a ellos con pinceladas de afecto, amistad y mucha armonía; pasear, disfrutar de la ciudad, la compañía y la tertulia. El sábado visitamos el castillo de Burgos, o lo que queda de él, ubicado sobre la ciudad en el cerro de San Miguel, lo que te da una gran perspectiva de toda ella escoltando las dos orillas del río Arlanzón. Levantado por el conde Diego Rodríguez Porcelos en los tiempos de la Reconquista, sobre el 884. Desde allí Jordi me mostró ilusionado y con toda precisión todos los montes cercanos por los que iban a entrenar, y hasta la sierra de la Demanda (yo aquí hago lo mismo cuando me visitan). En este mutilado castillo, me llamó la atención lo único que estaba entero, su pozo. Una verdadera obra de ingeniería medieval que abastecía de agua al castillo. Un cilindro principal de 63,5 metros de profundidad (menudo salto de barranco), envuelto por seis subterráneos husillos con escaleras de caracol que se comunican entre sí mediante pequeños pasillos subterráneos. Cuando Dolo me describía que fueron los franceses durante las guerras Carlistas quienes terminaron de arrasarlo por completo, saqueándolo en busca de tesoros, y todo lo que pudieron encontrar, le alegué que no comprendía que hacia aún la Torre Eiffel en pie, y no habían ido los de Burgos a derribarla. Luego, obligada visita por el centro y la catedral (que decir de ella), y a un asador en Quintanadueñas a las afueras de Burgos a comer un exquisito lechazo asado. Aquí en Aragón tenemos el ternasco asado, que debería declararse desde ya patrimonio de la humanidad, pero he de reconocer, que el lechazo de Burgos no se queda atrás. Tras la comida, decidimos sacar a pasear al lechazo para amansarlo y digerirlo, y acercarnos a visitar el museo de la evolución humana y ver a Miguelón, los restos de nuestro pariente más primitivo conocido; bueno, su cráneo reconstruido, procedente de los yacimientos de Atapuerca , de unos 400.000 años de edad. Único en el mundo. “Alguien” nos había advertido que este museo era mucho envoltorio para tan poco regalo... pero quizás por esto mismo, como cuando vas a ver una película con las expectativas bastante menguadas, nos gustó mucho. Aquí deduces, el porqué la genética dotó a los Burgaleses de genes con aptitudes para correr muy rápido. En el museo contemplas auténticos huesos y muy bien conservados de Atapuerca de restos de leones, rinocerontes, tigres, jaguares, etc... Con esa fauna autóctona, los Burgaleses actuales está claro que descienden de la raza que más corrían en esas sierras para sobrevivir en el Pleistoceno. A continuación, nos llegamos a abrazar a Arturo, que no es otro resto fósil de Atapuerca, sino todo lo contrario; Con Arturo también nos conocimos en la maratón de Sables 2008; era uno de los dos compañeros Burgaleses que participaron junto a Jordi aquel año. Qué alegría nos dio encontrarnos y abrazarnos espontáneamente. Oportunamente, como regenta una esplendida tienda de deportes.”Deportes Manzanedo”, aproveché para comprarle unas zapatillas Mizuno que me recomendaron Joel y Jordi. Tiene unos precios fenomenales, y no lo digo por correspondencia con Arturo, lo digo porque así lo vi. El domingo, otra visita que nos impresionó, “Las Huelgas”. El Monasterio de las Huelgas Reales (o Santa María la Real de Las Huelgas), el cenobio cisterciense femenino más importante e influyente que se estableció en España. Mandado fundar por los reyes Alfonso VIII "el de las Navas de Tolosa" y Doña Leonor en el año 1187 en un lugar de recreo cercano a la ciudad de Burgos, entonces capital del Reino de Castilla. Creando aquí un panteón regio para él y sus descendientes. Recomiendo la visita guiada, pues es extraordinaria y muy amena la historia de este bello monasterio. Por cierto, ni la mitad de lo que debió ser, antes de la llegada de los “Franceses” que profanaron hasta sus reales tumbas en busca de oro. Aquí, si me puse ya serio y le detallé a Dolo, que ya no era solo cuestión solo de la Torre Eiffel, habría que ir a por el arco del triunfo, la catedral de Notre Dame, y quizás algunas de las piezas de El Louvre y traerlo todo para Burgos... Un extraordinario fin de semana, decorado con la mirada tierna y la sonrisa inocente de Neus; el aliento dinámico y el humor irónico de Joel, inusual a su edad y muy parecido al mío; la templanza, amabilidad y armonía de Dolores y la impresionante humildad de Jordi, que me enteré que le había entregado una medalla el mismísimo Nelson Mandela. Si a otros se la hubieran entregado, estarían haciendo bolos en tele cinco… Capítulo aparte para la madre de Jordi, que apareció el sábado por la mañana en casa con sus mallas piratas, las zapatillas y el impermeable. A sus casi 70 años, había salido a correr unos kilómetros, y ya que pasaba por allí , entró a saludarnos. Encantadora y sobre todo admirable. "De casta le viene al galgo". Yo de mayor quiero ser como ella y sospecho que Jordi también… Solamente para ser perfecto, faltó el haber podido salir con Jordí y Joel a correr como deseábamos, y recorrer junto a amigos del club Tragaleguas, alguno de los recorridos cercanos, pero mi lesión de rotura de fibras no me lo ha permitido esta vez. La próxima sin falta. La despedida es necesaria para volver a reencontrarse. Y un reencuentro, después de un momento o después de toda una vida, es algo inevitable si es verdadera amistad.

4 comentarios:

  1. UN CRAK JORDI.........Y UN EJEMPLO!. SALUDOS

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  2. La verdad es que Burgos es precioso, y con esos anfitriones, pues un lujo. Que suerte

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  3. A mi me gusta mas por las morcillas ......mmmmm

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  4. Grande Burgos y grandes vosotros

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